Los cinco guardias civiles especializados en rescates de alta montaña que han sido desplazados a Nepal recorrieron ayer en helicóptero el valle de Langtang, en una primera inspección para conocer el terreno y preparar la búsqueda de los cuatro montañeros de la comarca avilesina desaparecidos tras el terremoto. Su primera impresión no ha podido ser más desoladora. El valle presenta daños "gravísimos", según relató el teniente Fernando Rivero (que ha estado numerosas veces en Nepal y conoce el valle que va a ser rastreado) al ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. Y es que el terremoto provocó una avalancha de hielo, nieve y piedras que barrió literalmente el valle "como una ola de barro". Hoy, lunes, se incorporarán a la búsqueda siete guardias civiles más y 46 integrantes de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que tenían previsto llegar a Katmandú a lo largo de la noche pasada, tras una parada en Nueva Delhi, la capital india.

Los familiares de Sabino Fernández, Ángel Hernández, Jesús Mosteirín y Egidio García viven con incertidumbre estas horas previas al inicio del rastreo en tierra, pero no pierden un ápice de esperanza. "Tenemos mucha fe en esta gente, se están jugando la vida y se van a dejar la piel por encontrarles", indicó Sheila Hernández, hija de Ángel. "Estamos viviendo esta situación con mucha preocupación, son ya muchos días y tienen que faltarles ya víveres", añadió la joven.

Pero el ánimo no decae, porque incluso ayer fueron evacuados por los indios una treintena de montañeros que estaban en el maltratado valle. "Están sacando a gente de Langtang y de Kyanjin Gompa, que es donde estaban nuestros familiares", aseguró. La Embajada de España en la India comunica diariamente con estos familiares para darles cuentas de los avances en la búsqueda.

Cuando se dio a conocer el rescate de 32 montañeros extranjeros, tanto los familiares como la Embajada pidieron a través de las redes sociales los nombres de los rescatados, aunque todavía no hay una lista oficial de los mismos, ni siquiera confirmación de que hubiese españoles en ella.

Ayer se difundieron imágenes del estado en el que ha quedado la localidad de Langtang, antaño un pueblo con 40 o 50 casas, algunas de ellas de varias alturas. La avalancha ha dejado literalmente hecha añicos la localidad. En ella se han encontrado además medio centenar de cadáveres, según fuentes cercanas al Ejército indio. La entrada al valle, entre Langtang y Dhunche, está cortada por inmensos desprendimientos de rocas, que ayer comenzaron a ser retiradas, para dejar abierta la carretera.

Sobre el valle voló ayer el equipo del teniente Rivero, provisto de cámaras e incluso una camilla de rescate. El objetivo era "bajar desde la parte alta (a 4.400 metros) mirando avalancha por avalancha" y localizar un lugar adecuado para establecer un campamento de trabajo para el resto de la expedición. Los guardias evitaron descender por su propio pie a la zona, al no cumplirse aún las condiciones de aclimatación a la altura. Como el helicóptero alquilado no iba a aterrizar sobre Kyanjin Gompa, los guardias tenían previsto sobrevolarla a baja altura, "para ver si vemos a occidentales", según indicó Rivero, que estuvo destinado en el GREIM de Potes (Cantabria) y es un gran conocedor de los Picos de Europa. Los agentes están en constante contacto con el embajador de España en la India, Gustavo de Arístegui, desplazado expresamente a Katmandú para coordinar el despliegue.

También está muy al tanto el ministro García-Margallo, quien rebajó ayer de 35 a 21 el número de españoles que aún no han sido localizados. Como en días pasados, el Ministro volvió a mostrarse preocupado por el destino que hayan sufrido los siete montañeros que estaban en el valle de Langtang: los cuatro avilesinos, la pareja cántabra formada por Isabel Ortiz y Mitxel Pizarro, y la barcelonesa Roser Palau.

García-Margallo indicó que "no queda ningún compatriota por contactar en las zonas calientes del Everest, Annapurna y Shishapangma". Según el Ministro, tras realizar el primer vuelo sobre la zona, los guardias civiles empezarán "lo antes posible" la búsqueda de los españoles. Cuando concluya la preparación del operativo a primera hora de hoy, se iniciará la búsqueda, que "se prolongará todo el tiempo que los expertos allí desplazados consideren necesario". El rastreo se iniciará presumiblemente en la parte alta, para ir descendiendo a través del valle.

Los cinco guardias civiles que llegaron a la zona en primer lugar proceden de Jaca y el resto son de las unidades de Montaña de Huesca, Granada y Pamplona, la mayor parte con experiencia en el Himalaya y uno participante en el rescate de los espeleólogos en Marruecos. La idea, según dijo el Ministro, es "peinar todo el valle para tratar de buscar especialmente a los españoles desaparecidos, sin olvidar a los demás de otras nacionalidades".

De acuerdo con las últimas cifras oficiales, el terremoto ha dejado más de 7.000 muertos y 14.000 heridos, una cifra parcial que será probablemente mayor una vez que los equipos de rescate lleguen a los lugares más alejados en los distritos más castigados. En los últimos días se ha hablado de que las víctimas podrían moverse entre 10.000 y 16.000.

Un panorama terrible al que todavía asisten varios asturianos, entre ellos la pareja ovetense formada por Ángel Fernández y la médico del HUCA Pepa Cucarella, de origen valenciano. "Ayer (por el sábado) llegamos a Katmandú y hoy (por ayer) tenemos previsto viajar a Pokhara. hemos decidido quedarnos", indicó Ángel Fernández a LA NUEVA ESPAÑA. "Hemos tenido muchísima suerte", reconoció Fernández, quien agradeció el interés mostrado por su estado. No obstante, "si no es por las noticias de fuera, no nos hubiésemos enterado del alcance de lo que pasó", indicó. La zona a la que tenían previsto desplazarse fue especialmente golpeada por el terremoto.

Unos se quedan y otros regresan. Es el caso del escalador allerano afincado en Gijón Ricardo Fernández, al que el terremoto cogió en el campo base del Everest cuando iba a realizar una ascensión al Lhotse, la cuarta montaña más alta del mundo. El terremoto frustró este intento que iba a realizar con Javier Camacho. Fernández fue testigo además de la avalancha de hielo, nieve y piedras que barrió una parte del campamento base y que dejó una veintena de fallecidos. Fernández llegará esta tarde a Madrid junto a otra pareja de Oviedo, la formada por Begoña Galguera, técnico del Instituto de Riesgos Laborales, y Alfredo Fernández.