La muerte de un hombre de 50 años, que se precipitó desde el balcón de su casa de Salou cuando los Mossos le iban a detener en una redada contra el "top manta", encendió ayer a la comunidad senegalesa, que protagonizó fuertes protestas que se han saldado con un detenido y 24 heridos leves. El hombre, de 50 años y de origen senegalés, falleció poco después de las 6 de la mañana, al caer desde el balcón de su casa, en un tercer piso, donde los Mossos habían irrumpido con una orden judicial en la creencia de que servía de almacén para material falsificado.

El intendente de los Mossos, Xavier Gámez, explicó que los agentes entraron en la vivienda, situada en el número 3 de la plaza de Sant Jordi, al grito de "policía". El hombre huyó corriendo hacia el balcón, se subió a la barandilla, se agarró a un toldo y se precipitó al vacío, por motivos que se investigan. Según Gámez, el hombre se precipitó sin mediar palabra ni interaccionar con los agentes que habían entrado en la vivienda. La muerte se produjo prácticamente en el acto

En la operación contra la red de 'top manta', los Mossos, que iban acompañados por una secretaria judicial, detuvieron a 12 personas -el fallecido también iba a ser arrestado- y se incautaron de numeroso material.

La muerte de este ciudadano desató las iras de la comunidad de senegaleses y otros africanos residentes en Salou. En la protesta participaron unos 200 africanos. Una parte de los concentrados arrojó piedras, sillas y mesas de las terrazas de la plaza de San Jordi contra los agentes antidisturbios que mantenían un cordón policial para salvaguardar el escenario del suceso y facilitar que saliera la furgoneta de la funeraria con el cadáver.

Los enfrentamientos se agudizaron a eso del mediodía, cuando los Mossos retiraron el cadáver del fallecido, por lo que la policía catalana se vio obligada a disparar proyectiles de precisión y efectuar varias cargas. La trifulca se saldó con 24 heridos, 16 de ellos policías, aunque ninguno de gravedad, según fuentes cercanas al caso.

Los manifestantes, que ponían en duda la versión policial, exhibieron carteles escritos en cartones con lemas como "Mossos d'Esquadra, salvajes" y arrojaron objetos contra los vehículos policiales, algunos de los cuales quedó con los cristales rotos. Los africanos aseguraron haber sido golpeados y empujados sin motivo por los agentes. También apuntaban como uno de los motivos de los disturbios la negativa a que el embajador de Senegal supervisase el levantamiento del cadáver y la autopsia.

La policía catalana intentó mediar con la comunidad senegalesa de la localidad, aunque sin éxito, por lo que se mantiene mucha tensión en la zona. Más de un centenar de personas, en su mayoría senegaleses, permanecían en la tarde de ayer junto a las vías del tren en Salou, donde cruzaron varios contenedores, lo que impidió la circulación ferroviaria, por lo que se tuvo que establecer un servicio alternativo por carretera.

Los compañeros del fallecido, que distribuyeron fotocopias con fotos suyas, exigían como condición para deponer su actitud y permitir el paso de trenes que los Mossos d'Esquadra liberasen a los 12 detenidos en la redada, así como otro africano que fue arrestado por enfrentarse con la Policía durante los disturbios.

Otros participantes en la protesta denunciaban el acoso al que se ven sometidos por parte de los agentes. "Venimos a trabajar", decía alguno de ellos. La CUP exige que se investigue el "acoso" al que la Policía somete a los inmigrantes. Según la CUP, este fallecimiento se debe a las políticas "racistas, excluyentes, xenófobas y de apartheid" que se impulsan en la UE.

El Ayuntamiento de Salou lamentó en un comunicado la muerte de este ciudadano senegalés y condenó los actos violentos ocurridos en el municipio, que durante la temporada turística multiplica por diez su población.