Una de las estampas más típicas del verano en Cangas de Onís estuvo a punto de terminar ayer en tragedia. Lanzarse desde lo más alto del famoso "puente romano" sobre el río Sella es una tradición que impone mucho respeto, sobremanera en época de estiaje, como la que se viene registrando en estas fechas. Ayer, a eso de las cinco y media de la tarde, cientos de turistas contemplaron in situ cómo un joven vecino de Santander, José Luis B. G., caía en mala postura sobre las aguas selleras tras tirarse de una altura de más de 21 metros, es decir, desde la cumbre del famoso monumento nacional.

El chico cayó de mala manera al agua y el golpe fue brutal. El impacto alarmó a la inmensa mayoría de los bañistas que en ese mismo momento disfrutaban en los aledaños del conocido asimismo como "El Puentón" de Cangas de Onís.

Al ver que el santanderino no salía del agua, se lanzaron a rescatarlo. Vista la situación en la que se encontraba, dieron la voz de alarma a los equipos de emergencia, los cuales -Policía Local, Guardia Civil, Bomberos de Asturias e incluso una uvi móvil- se trasladaron rápidamente al lugar para atender al accidentado. Poco después, ante una gran expectación, acabaron trasladándolo en la citada uvi móvil al Hospital Comarcal del Oriente Francisco Grande Covián, en Arriondas (Parres). Según testigos, aunque su estado era alarmante, nunca llegó a perder el conocimiento.

Práctica habitual

La calurosa tarde había animado a algunos bañistas a tirarse desde los arcos del popular "puente romano" -también conocido como "Puente Vieyu"-, cosa habitual durante todos los veranos en la ciudad canguesa. Algunos se decidieron a lanzarse desde la cumbre del mismo.

El cántabro no estaba solo. Justo antes, se tiró un amigo suyo, con el que estaba en Cangas de Onís, pero éste entró bien, por los pies, en las aguas del Sella. Seguidamente fue el turno de José Luis B. G., que en el transcurso del lanzamiento fue girando de postura hasta caer en muy mala posición sobre las aguas del Sella. La alarma no se hizo esperar entre los presentes, ya que fueron conscientes de que algo malo había pasado.

Desde hace bastante tiempo se viene sugiriendo que el Ayuntamiento de Cangas de Onís debe tomar cartas en el asunto y tendría que prohibir lanzarse a los bañistas desde los diversos puntos del puente, ante la peligrosidad que ello reviste y también por los posibles daños al monumento nacional.

La práctica de lanzarse al agua desde puntos elevados es algo extendido en varias zonas de España, sobre todo en la costa durante el verano.

Algunos ayuntamientos se han visto obligados a poner vigilancia policial en estas zonas para evitar que los bañistas, especialmente niños, se tiren al agua ante el riesgo que ello conlleva debido a la altura y a la presencia de rocas.