"Fue un accidente. Mi hermano no se puso delante del toro, lo que no puede ser es que se celebren este tipo de fiestas sin las medidas de seguridad adecuadas". Indignado y visiblemente afectado, el que habla es Juan Carlos Martínez, hermano del ovetense Venancio Martínez, de 49 años, que en la tarde del sábado falleció a consecuencia de los golpes que le propinó un toro durante unos festejos en la localidad castellonense de Borriol. El ovetense, que tenía una hija que reside en Oviedo, llevaba ya un par de años viviendo en esa localidad levantina, donde había arraigado en busca de un mejor clima y de la mano de unos familiares. Mañana, martes, hubiera cumplido 50 años.
El teléfono móvil de Juan Carlos Martínez echa humo. Y asegura que sus sospechas de que fue un accidente se basan en los informes de la Policía Local y de la Guardia Civil, con los que lleva en contacto toda la mañana para tratar de saber lo que le ocurrió exactamente a su hermano. Lo que tiene claro, y lo repite en varias ocasiones, es que Venancio "no se puso delante del toro". La causa de la muerte que les han dado desde tierras levantinas, añade, es que Martínez falleció por una fractura en la base del cráneo debido a los golpes recibidos por el astado. Murió de camino al hospital. Una tragedia que conmocionó a Borriol, una pequeña localidad justo al lado de Castellón de la Plana de poco más de cinco mil habitantes. Los festejos quedaron suspendidos durante la tarde y la noche del sábado, pero volvieron a retomarse ayer.
La casa familiar de Venancio Martínez, antiguo vigilante de seguridad, en un barrio de Oviedo era ayer un hervidero de visitas de amigos que acudían a dar el pésame a los padres y a los hermanos, que no podían contener la emoción y las lágrimas desde que conocieron la fatal noticia. El anuncio cayó como un jarro de agua fría en la casa. "Mi madre y la hija de Venancio lo están pasando mal, cuando se enteraron tuvieron que recibir atención médica", explica el hermano del fallecido, sentado frente a la mesa de la cocina. Sobre el mármol sólo hay un par de piezas de fruta, un teléfono móvil que cada pocos minutos recibe alguna llamada o mensaje y una caja de pastillas. Su madre recibe a las visitas entre lágrimas.
Es probable, sostienen los familiares, que el fallecido malentendiera las instrucciones, ya que a consecuencia de un accidente que había tenido hace unos años a veces tenía dificultades para comprender algunas palabras. Aunque esto no le incapacitaba para poder llevar una vida totalmente normal, explica su hermano. Años atrás, el ovetense se había caído aparatosamente por unas escaleras recibiendo un fuerte golpe en la cabeza. Tan duro fue que desde entonces había tenido que dejar de trabajar. Vivía de una paga por invalidez.
Según la versión que se está dando desde algunos medios de Castellón, Martínez habría incitado al toro y acabó siendo embestido. Una explicación que a la familia no le encaja.
Venancio Martínez se había trasladado a vivir a la pequeña localidad de Castellón "hace un par de años", señala su hermano. Allí residía un primo suyo, que falleció hace unos meses. Su carácter afable le había ayudado a entablar amistad con numerosos vecinos, relata su familia, y aunque vivía solo tenía a bastante gente pendiente de él. La versión la confirman algunos de los vecinos de la localidad levantina. "Venía mucho por aquí, tenía problemas a la hora de hablar", explica el camarero de una de las cafeterías que el ovetense solía frecuentar. El asturiano era una persona conocida en la localidad castellonense.
La fiesta de los toros en la calle es muy popular en tierras valencianas. La mecánica es similar a la de los encierros de los Sanfermines de Pamplona, ya que se sueltan varios astados y los vecinos corren ante ellos. La familia de Martínez criticó con dureza la falta de medidas de seguridad.
