"Hola Bicho. ¡Qué buenos momentos hemos pasado juntos! Al final la presión me venció. Me llevo conmigo parte de lo que más quiero", escribió David Oubel a su novio, un dentista, antes matar a sus hijas de 4 y 9 años con una radial. El presunto parricida, que se crió en Avilés, donde su familia residió muchos años, no sólo escribió a su novio, sino que envió otra nota de suicidio a su prima, que fue la primera en llegar, junto a su hijo, a la vivienda de Moraña donde se produjo el brutal crimen. El parricida ha dejado de ingerir alimentos en la prisión de Mansilla de las Mulas (León), donde fue ingresado el pasado mes de agosto, tras tener que ser trasladado de La Lama ante las amenazas del resto de los presos.

En la carta de Oubel a su novio, desvelada por el programa de Ana Rosa Quintana, le pide que se quede "con los buenos momentos" que pasaron juntos y le concede la titularidad de sus perros. En la carta se detiene en los detalles más peregrinos: "Todos los perros los he puesto a tu nombre, sólo tienes que presentar la documentación. Ya sé que 'Tony' no es santo de tu devoción, en el pedigree tienes el nombre de la criadora, búscala en el Facebook y véndeselo, sabes que vale al menos 5, pero lo dejo a tu elección". También le anuncia que le envía su teléfono móvil, "con su cargador, va fenomenal". Pero hay más. "El colchón te llegará en unos días, está pagado. Intentaré cambiar los planes de pensiones y el de Alianz Popular a tu nombre también", le dice al novio, del que se despide con la frase: "Un beso, siempre tuyo. Tu bicho".

La misiva remitida a su novio sugiere la comisión del crimen de las pequeñas, no así en la enviada a su prima, en la que puede leerse: "Sé que no estoy en situación de poder pedir nada, pero no quiero duelos. No quiero falsos hipócritas ese día. La muerte será el regalo que pondré al presente de mi vida". En esta misma carta, Oubel asegura que enviará a su prima las llaves de su coche. "Es mi último regalo para Borja", añade, en referencia al hijo de la mujer, que fue quien entró en la vivienda de Moraña y encontró los cuerpos de las pequeñas, uno sobre la cama, tapado con una manta, el otro debajo.

En la carta a Pilar Búa Oubel, su prima, el hombre la invita a ir a su casa y llevarse todo lo que quiera, "la televisión, la aspiradora y el limpiacristales, ja, ja, ja". Le agradece que haya intentado animarle, pero a continuación añade: "He sobrevivido lo mejor que he podido, pero no aguanto más. No soy todo lo fuerte que creías y estar dos escalones por encima era sólo un escudo de lo frágil que soy". A final de la carta le indica: "No te preguntes por qué no lo viste venir. Recuerda que soy muy buen actor. Un beso. Gracias".

El programa de Ana Rosa Quintana también desveló la declaración de Pilar Búa. Al parecer, los padres del parricida no aceptaron su cambio de orientación sexual. Oubel había dejado a su mujer año y medio atrás para iniciar una relación con el dentista y estaba hundido porque sus familiares más cercanos no le aceptasen y le comprendiese. Sin embargo, el hecho que precipitó el crimen fue quizás el empeoramiento de las relaciones entre Oubel y su mujer a cuenta del reparto de las pertenencias.

Un tiempo antes de cortar el cuello a su hijas con una radial (y desfigurarles la cara), Oubel puso su casa en Moraña a la venta por medio millón de euros. La casa había sido remodelada al estilo moderno, con todas las comodidades, aunque guardaba cierto aire rústico, al menos en su exterior.

Escamada con el contenido de la carta, Pilar Búa se dirigió a casa de Oubel, pero la encontró cerrada. Su hijo Borja rompió el cristal de una ventana y se coló en la casa, hallando los cadáveres. Luego comprobaron que el baño estaba cerrado y pensaron que Oubel se había matado. Pero cuando la Guardia Civil entró, halló a Oubel con lesiones superficiales, que no le hubiesen causado la muerte.