La Policía Nacional detuvo a cuatro peligrosos delincuentes franceses que se ocultaban en Marbella (Málaga) y que habían secuestrado durante casi dos meses a un acaudalado empresario galo al que causaron un perjuicio de 1.300.000 euros. Los raptores le obligaron a facilitarles sus claves bancarias y a adquirir bienes, en la mayoría de los casos oro, en diferentes partes de la costa española.