La ciclogénesis explosiva o borrasca atlántica que ha golpeado estos días el norte peninsular pierde fuerza, tras dejar en Galicia vientos de hasta 160 kilómetros por hora y numerosos incidentes. En Asturias, el temporal de viento se hizo sentir menos de lo esperado, aunque hubo episodios de gran alarma, como la caída de un árbol en el parque de Cabañaquinta, que dejó cuatro menores heridos, ninguno de ellos de gravedad. En Avilés y en Gijón también se registraron incidencias a causa del temporal, como la caída de un árbol en el parque avilesino del Carbayedo, o el desprendimiento de parte de un tejado de fibrocemento en Gijón. Los principales parques de la región, como el ovetense Campo San Francisco, fueron cerrados a causa del viento, que en algunas ciudades, como Avilés, rompió cristales y arrastró contenedores.

Tal como ocurrió en Asturias, la mayor parte de los problemas habidos en las últimas horas en el norte peninsular están relacionadas con caídas de árboles y de ramas. Además, en Galicia se produjeron bolsas de agua en calles y carreteras, desprendimientos de tierra, piedras, postes y cables de luz y de teléfono.

En la comunidad autónoma vecina, la racha máxima de viento se registró en la estación de Lardeira, en el municipio orensano de Carballeda de Valdeorras, donde a 1.620 metros de altitud se registró un viento de 161,6 kilómetros por hora. Entre los hechos más aparatosos figura el desprendimiento del tejado de un edificio en construcción en la pontevedresa isla de Arosa, una avalancha de piedras sobre la autovía A-52 a la altura de la localidad orensana de Melón o los desperfectos en el ferrolano estadio de fútbol de A Malata.

Navarra fue otra de las regiones más afectadas por la ciclogénesis, con caída de árboles y ramas que llegaron a afectar a un tendido eléctrico.

En Madrid capital, los bomberos se vieron obligados a intervenir en cerca de 40 ocasiones para retirar objetos de la vía pública incluyendo también varios árboles y ramas, además de toldos desprendidos, carteles o pedazos de cornisas en mal estado.

Aunque todavía se espera alguna lluvia en Galicia, en la cordillera Cantábrica y en amplias áreas de Asturias y noroeste de Castilla y León, los registros de precipitaciones más importantes, entre 100 y 120 litros por metro cuadrado, ya han finalizado y el tiempo vuelve a ser propio de la época. Según la predicción de la Agencia Estatal de Meteorología, el riesgo de una tromba fuerte de agua es ya "prácticamente inexistente". En Asturias se esperan hoy cielos cubiertos o nubosos, con lluvias y chubascos que podrían ir ocasionalmente acompañados con tormenta, tendiendo a remitir al final. Las temperaturas irán en descenso, más acusado en la mitad oriental. En el litoral, habrá vientos del oeste con intervalos fuertes, amainando por la tarde a flojos. En el resto, vientos flojos de componente oeste.

A lo largo del día, y descartadas las precipitaciones más intensas, quedarán como principales incidentes meteorológicos las rachas de viento y el fuerte oleaje en las costas afectadas.