El fiscal del caso de Asunta, la niña de origen chino presuntamente asesinada por sus padres en Teo (La Coruña), atribuyó a éstos, Rosario Porto y Alfonso Basterra, "un acuerdo" para deshacerse de la menor porque "les estorbaba". En la primera jornada del juicio tras la elección del jurado que enjuiciará el caso, las acusaciones resaltaron que los padres tenían "un plan" para deshacerse de la menor. "Tan autor es el que asfixia" como el que lo hace posible, indicó Ricardo Pérez Lama, abogado de la Asociación Clara Campoamor, que ejerce la acusación popular. En la jornada de ayer, el jurado rechazó la petición hecha por las defensas de prohibir la exhibición de imágenes del juicio, ya que para estas partes, que no obstante no llegaron a pedir que fuese a puerta cerrada, puede fomentar un juicio paralelo y preocupar a los testigos.

Ayer pudo verse por primera vez en la sala de vistas a los dos acusados. Rosario Porto, de negro. Alfonso Basterra, vestido con jersey azul, vaqueros y zapatillas de deporte. La actitud de ambos fue muy distinta: frente al rostro de dolor en el caso de Rosario, su progenitor manifestó un aire relajado y reflexivo. Rosario, la más expuesta, al estar de espaldas a Basterra, al que dio la espalda en todo momento, sin dirigirle la palabra, se pasó la jornada con pañuelos de papel en la mano o en la cara, secando unas lágrimas que pugnaban por salir o salían, sobre todo cuando escuchaba hablar de la pequeña, su muerte o del supuesto plan que había orquestado con su marido para matarla, ocasiones en las que negó a veces con la cabeza, enfadada, o intercambió comentarios con su letrado, que le recomendó tranquilizarse.

Alfonso Basterra inició la sesión en actitud reflexiva, relajada y fría. No obstante, conforme iban avanzando las intervenciones, negó enérgicamente con la cabeza. Se mostró nervioso durante la intervención de su letrada Belén Hospido, que hizo hincapié en su sufrimiento como padre. En ese momento llegó incluso a secarse las lágrimas.

Tanto Hospido como el abogado de Rosario Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, indicaron que no había ninguna prueba contra sus defendidos, y que la investigación defectuosa de la Guardia Civil había llevado a que el culpable "esté libre". "Nunca fueron tratados como víctimas", resaltaron. La letrada de Basterra indicó por su parte que había sido ella quien había aconsejado al padre de Asunta que no declarase durante la fase de instrucción. "Compartimos el criterio de que no hay prueba de cargo para condenarlos por algo que a día de hoy consideramos un misterio", dijo Hospido.