Un caballo casi cuesta la vida a dos jóvenes que se dirigían s su trabajo en Arriondas. Las mujeres, de 36 y 45 años, circulaban desde Oviedo por la carretera nacional de Santander (N-634) a primera hora de la mañana cuando el animal se cruzó en su camino a la altura de Montecoya, a escasos metros de la estación de tren de Pintueles. Como consecuencia del brutal choque frontal, las mujeres resultaron heridas y tuvieron que ser atendidas por el equipo médico de la UVI-móvil de Arriondas. El caballo corrió peor suerte y tras constatarse su fallecimiento -quedó destripado- fue trasladado con una pala por operarios de Carreteras para darle sepultura.

Ambas mujeres, que trabajan en el Hospital Comarcal "Grande Covián" de Arriondas y en el centro de salud de la misma localidad parraguesa, tuvieron que ser excarceladas del turismo en el que viajaban, un Opel con matrícula 2377HWZ.

De esta labor se encargaron tres Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (Sepa) con base en el parque de Piloña. Hasta el lugar también se acercó la Guardia Civil de Tráfico, la ambulancia de soporte vital básico de Infiesto y varios miembros de Protección Civil de Piloña.

Los bomberos se vieron obligados a retirar las puertas delanteras del vehículo y mientras las dos mujeres eran atendidas por el equipo sanitario. Luego abrieron hueco por la parte trasera para excarcelarlas. Ambas fueron evacuadas con la tabla de rescate y enviadas, con pronóstico reservado al Hospital del Oriente. Tras una posterior evaluación médica, una fue trasladada al HUCA, donde quedó ingresada, mientras que la otra fue dada de alta.

El Centro de Coordinación de Emergencias recibió el aviso poco antes de las ocho menos cuarto de la mañana. En la llamada, señalaban que un coche había atropellado a un caballo y había personas atrapadas en el vehículo. A las nueve menos veinte de la mañana, los bomberos de Piloña informaron de que las jóvenes ya habían sido excarceladas y estaban siendo atendidas. El caballo causante de este brutal accidente pertenecía a un vecino de Montecoya y se había escapado de una finca vecina.