La Guardia Civil de Málaga desmanteló ayer dos organizaciones criminales que introducían grandes cantidades de hachís en España por vía aérea. Concretamente, en tres helicópteros, valorados en 2,5 millones de euros. En el marco de la "operación Bombardeo", los agentes detuvieron a quince personas de las provincias de Málaga, Cáceres, Toledo y Madrid, y se incautaron de casi una tonelada de droga. Según el cuerpo, ambos grupos quedaron desmantelados en su totalidad, pues se logró arrestar tanto a los propietarios de las aeronaves, pilotos e instructores de vuelo como a las personas que facilitaban el carburante de formal ilegal y arrendaban las fincas donde se ocultaban los helicópteros para luego realizar la descarga de estupefacientes.

El modus operandi de los grupos criminales era introducir la droga en la Península por vía aérea en horas nocturnas, manteniéndola oculta en zonas aisladas de la costa malagueña, de donde posteriormente era distribuida a distintos países europeos por vía terrestre. Una de las organizaciones contaba con un prestigioso instructor de vuelo, experto en rescates en alta montaña en el Pirineo francés y Alpes suizos, el cual adiestraba a los pilotos que posteriormente realizaban vuelos transportando el hachís.

La operación policial se llevó a cabo en varias fases, siendo incautado el primer helicóptero en mayo de 2014. Esta actuación no mermó la capacidad operativa de los grupos, que consiguieron poco después una aeronave más rápida y potente. El último golpe se produjo el pasado mes de diciembre, cuando miembros del Servicio Aéreo de la Guardia Civil interceptaron dos helicópteros y detuvieron a sus cuatro ocupantes. A partir de ahí, los agentes pudieron dar con todos los implicados en el tráfico de drogas.