Un nido de avispas asiáticas ha hecho saltar las alarmas en el pequeño pueblo de Nera (Tineo). Un vecino advirtió de la existencia del "extraño" enjambre hace tres días. Ayer, técnicos del Principado visitaron la zona y confirmaron que se trata de un nido de este insecto, que se detecta por primera vez en un municipio del suroccidente asturiano. Hasta la fecha, se tiene constancia de la presencia de nidos de este tipo en San Tirso de Abres. Y sin ir más lejos, el pasado día 4, un vecino de Oyanco (Aller) tuvo que ser hospitalizado por una picadura de la denominada "Vespa velutina nigrithorax", el primer caso del que se tiene constancia en Asturias.

En Nera, los vecinos están más que preocupados por la presencia del insecto, que se cree que entró en Europa por Francia en 2004. El apicultor Vital González, que tiene colmenas cerca de la casa donde se encuentra el nido, considera que la situación es alarmante. "Si están aquí, pueden estar en cualquier lugar", advierte. De hecho, en el pueblo de Businán (enclave cercano a Nera) aseguran que varias colmenas fueron atacadas por el avispón asiático.

Pese a que el Principado ha confirmado la existencia del nido, éste permanece allí colgado. El protocolo en estos casos siempre es telefonear al 112, que se pone en contacto con la Guardería de Medio Rural, que informa sobre la situación del nido y confirma, si procede, su origen. En el caso de Nera y al encontrarse en un área habitada, es muy probable que los bomberos se encarguen de su eliminación.

La "Vespa velutina", según el informe del Principado, "no es un animal más agresivo para las personas que otros insectos himenópteros", pero reacciona de forma virulenta ante las amenazas a su nido. Se cree que ante una vibración a cinco metros del nido se desencadena un ataque "virulento y colectivo". Puede perseguir a una persona hasta 500 metros de distancia. El veneno es preocupante si afecta a mucosas.

Para las colmenas supone un peligro. Se ha constatado que este avispón es un depredador de abejas. De hecho son parte de su alimento. El apicultor Vital González, a punto de jubilarse, entiende que esta situación puede condicionar el futuro de las empresas jóvenes de miel.