Una mujer de 63 años, con antecedentes psiquiátricos, mató a su marido de 71 de un martillazo en la cabeza y luego le propinó 150 puñaladas, antes de ahorcarse en su domicilio de la capital hispalense. La muerte del marido se produjo el pasado lunes. Tras matarle, lo dejó sentado en el sofá, tapado con una manta, como si estuviese durmiendo. La mujer intentó matarse entonces ingiriendo pastillas, sin éxito. Al día siguiente, se subió a una bombona de butano, ató un pañuelo a la puerta, lo anudó a su cuello y se ahorcó. Antes mató al perro de la casa de un golpe y dejó escrita una carta en la que pedía perdón a su hermano y justificaba el crimen indicando que su marido era un maltratador. Los cuerpos fueron encontrados por la hija del matrimonio.