Una trama que operaba desde un taller de compra y venta de vehículos en Lalín (Pontevedra) atribuyó, durante seis años, multas de al menos 55 personas a un hombre de nacionalidad lusa que estaba en prisión en su país.

La Guardia Civil puso en marcha en junio la "Operación Radar", al detectar que había un considerable número de expedientes de multas de tráfico por excesos de velocidad en controles fijos y en los que se identificaba al conductor como la misma persona. Como no se paraba a los vehículos, Tráfico enviaba las notificaciones en las que se solicitaba la identificación del conductor.

Fue en junio cuando se descubrió que en 37 casos se endosaban las multas al mismo conductor, con lo que la Guardia Civil investigó y descubrió que se trataba de un ciudadano portugués y cuyo domicilio era una cárcel de aquel país en la que el hombre estaba cumpliendo condena.

El nexo en común entre los investigados es un taller de compra y venta de vehículos, que les orientaba para evadir el pago de las multas. En algunos de los casos se quedaba con el importe de la multa y les daba los datos del conductor portugués, para evitar la retirada de puntos; y en otros les informaba de los datos del conductor directamente.

Los hechos se extendieron desde 2009 hasta 2015, y las sanciones que no se abonaron suman unos 12.000 euros.

Entre las personas implicadas investigadas se encuentra el propietario del taller, tres residentes del domicilio de Lalín donde llegaban las notificaciones y los propietarios de los vehículos sancionados.