Un centenar de agentes de la Guardia Civil permanece en Roquetas de Mar, cerca de la calle en la que anteayer fue hallado muerto un guineano de 42 años, apuñalado durante una discusión de tráfico. El objetivo es velar por la seguridad tras los altercados registrados tras el suceso. Del dispositivo forman parte agentes de la provincia y de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil de Sevilla y Valencia. Se esperan refuerzos de Madrid. El subdelegado del Gobierno en Almería, Andrés García Lorca, aseguró que la situación en el barrio de Cortijos de Marín es de "absoluta normalidad", aunque se mantiene la vigilancia policial ante posibles "rebrotes". Hay vigilancia en las viviendas de familias de etnia gitana. El guineano murió tras una trifulca con miembros de esta etnia.

No hay detenidos por el homicidio ni por los disturbios de la tarde del viernes, que comenzaron a las siete de la tarde con "fuegos incontrolados" y cesaron al caer la noche.

Nada más hallarse el cadáver se estableció un cordón policial para evitar enfrentamientos entre inmigrantes y vecinos de este barrio, muchos de ellos gitanos. Algunos de ellos abandonaron sus viviendas, ya que la Guardia Civil les recomendó que se fuesen a casas de familiares. Hace siete años también se registraron disturbios en Roquetas tras la muerte violenta de un senegalés a manos de un vecino.