Quería hacer una película sobre su vida, del estilo de las que se han filmado sobre el otro gran capo del narcotráfico, Pablo Escobar. Ya había contactado con actrices y productores, pero se expuso demasiado y eso facilitó el chivatazo que permitió su captura. "Pinches federales, ya nos 'gancharon' (cogieron)", aseguran que exclamó cuando era arrestado. A Joaquín "El Chapo" Guzmán, el jefe y fundador del cártel de Sinaloa capturado anteayer viernes, le pudo el ego y ahora ha regresado a la prisión de alta seguridad de la que escapó hace seis meses. Alfredo e Iván Guzmán, hijos del capo, han lanzado amenazas al presidente mexicano Peña Nieto a través de Twitter. "No saben ni lo que hicieron ni en qué broncas se metieron", escribió uno de ellos.

Ha sido una operación ingente, con la que las autoridades mexicanas querían sacarse la espina de la vergonzosa huida del narco en julio. "Se recabaron 303 declaraciones y 1142 requerimientos. Se contó con 191 indicios, 32 inspecciones y 25 incautaciones", enumeró la Procuradora General del Estado, Arely Gómez.

La investigación se inició al día siguiente de la fuga. Se localizó a dos pilotos, al comprador del terreno del que partió el túnel, a un abogado y al cuñado del "Chapo", que supervisó la construcción de la galería. Gracias a eso se supo que "El Chapo" había volado a su feudo de Sinaloa. No se cejó en la búsqueda y el pasado octubre fue localizado en un rancho de Pueblo Nuevo, Durango. Las fuerzas de seguridad le tuvieron a tiro mientras escapaba con dos mujeres y una niña, pero se evitaron víctimas inocentes.

A fines de diciembre se supo que iba a moverse a la ciudad de Los Mochis. Los agentes pusieron el ojo en la casa de un hombre de su organización. En la madrugada del 7 de enero llegó un coche sospechoso y se decidió asaltar la casa. Las fuerzas de seguridad fueron recibidas con armas de guerra. Hubo seis muertos y seis detenidos. "El Chapo" aprovechó el tiroteo para fugarse por las alcantarillas, junto a su lugarteniente, Orson Iván Gastelum, "el Cholo Iván". Al ver que les seguían, decidieron salir del subsuelo y robaron un coche, pero los agentes los interceptaron. Mientras llegaban los refuerzos, fueron recluidos en un motel.

Durante el traslado del "Chapo" a la prisión del Altiplano, los agentes le agarraron por el cuello y le hicieron bajar la cabeza, como ya ocurrió en 2014, cuando fue detenido tras su primera fuga. Esta vez tendrá más difícil huir, la prisión ha sido blindada.

México se ha comprometido a extraditar al narco a Estados Unidos a la mayor brevedad. La decisión corresponde al Gobierno, pero el abogado de Guzmán, Juan Pablo Badillo, ya tiene preparados hasta seis recursos para evitarlo, y reivindica que sea juzgado por las leyes mexicanas.