Fueron diez minutos de angustia, de lucha a brazo partido para evitar que un gijonés de 49 años se arrojase al vacío desde el viaducto de Somonte, en la autopista "Y", a pocos kilómetros de Gijón. Tras una discusión conyugal, el hombre se dirigió al viaducto con su coche, hacia las tres de la tarde de ayer, avisando a un amigo por teléfono de sus intenciones de terminar con todo. Éste llegó justo a tiempo y logró agarrarlo cuando ya estaba entre las dos plataformas de la autopista con la intención de tirarse desde el viaducto.

Fue en ese momento cuando pasó por delante de ellos el exconcejal avilesino Miguel Ángel Villalba, que se dirigía a Oviedo a bordo de su vehículo. Observó las dificultades del amigo para retener al suicida, y sin dudarlo detuvo el coche, se bajó y acudió también a agarrar al gijonés que quería tirarse. Durante unos diez minutos lucharon a brazo partido para evitar que se deslizase al vacío. El hombre se santiguaba, se despedía y no cejaba en su deseo de morir.

Mientras tanto, pasaron decenas de vehículos cuyos conductores no se detuvieron ante la terrible escena que se desarrollaba al borde del abismo. Los dos hombres trataron de hablar con el suicida, explicándole que ningún problema era tan grave como para quitarse la vida. Villalba intentó establecer un nexo con el suicida aprovechando que ambos habían nacido en mayo de 1966.

Alguien llamó al 112-Asturias para informar de que había varios coches detenidos en la autopista y que había una persona asomada al viaducto. Una patrulla de la Guardia Civil se dirigió hasta allí y encontró a los dos hombres tratando de evitar que no se tirase. Entre los agentes y los dos salvadores lograron, por fin, coger en volandas al hombre y devolverle al interior de la plataforma. Una ambulancia se dirigió al lugar del incidente y su personal se hizo cargo del hombre, que fue trasladado al Hospital de Jove, en Gijón, donde quedó ingresado. "Ya está todo solucionado", afirmó el amigo del hombre que había intentado tirarse al vacío. Villalba lamentó que ninguno de los numerosos conductores que pasaron por el lugar del incidente se detuviese para ayudarles, puesto que vivieron momentos de mucho apuro.