"Si llego a tener más tiempo, no me pilláis". Con este punto de soberbia habló Sergio Morate ante los policías que le custodiaban en el aeropuerto de Torrejón de Ardoz, tras ser extraditado desde Rumanía, el país al que huyó tras matar y enterrar en cal viva, en Cuenca, a su exnovia, Marina, y a la amiga de ésta, Laura del Pozo. Fue el único momento en el que habló y reconoció su culpa, puesto que ante el juez se refugió en el más absoluto mutismo. "La he liado, estoy muy jodido", dijo el conquense a los agentes, según la declaración de éstos ante el juez.

En esta apertura de Morate influyó que se encontrase con un agente de Cuenca con el que había coincidido en el gimnasio y que conocía a su madre. "¿Cómo está mi mami?", preguntó al verle. Y el agente le explicó que estaba muy preocupada, temiendo que se suicidase, a lo que Morate respondió con desparpajo. "¿Suicidarme yo? Antes vamos los dos para adelante. ¡No te jode!" fue la respuesta que ofreció, según publica "La Razón".

"Ya ves la que he liado. Has detenido a un famoso. Me han sacado en todas las televisiones, me han traído desde Rumanía en el avión donde viajan los ministros, rodeado de geos y ahora estoy en la sala de espera de este aeropuerto que me dicen que es donde el Rey descansa antes de un viaje. Se ha formado más lío que cuando Bretón", comentó.

Morate explicó que su exnovia había empezado a contestarle "mal" y tratarle "fatal", lo que le obligó a ir al psicólogo. Que todos los días se levantaba con ganas de matarla, aunque no lo había hecho por su familia. Pero la idea regresaba luego. Fue entonces cuando dijo a los agentes que se había enterado de que ella se había casado y preguntó si tenían una foto de la boda.

Morate aseguró que había intentado que Laura del Pozo no subiese a su casa el día del crimen, y que incluso discutió con Marina para que no fuera. Fue el único momento en el que mostró arrepentimiento y preocupación por la familia de la joven, contra la que no tenía nada. Pero subieron las dos. "Entraron y cerré con llave", dijo. Luego preguntó a los agentes si ya sabían dónde había comprado la cal viva. Ahí reconoció haber estado "torpe", porque preguntó en varios sitios para conseguirla, incluso en una tienda de animales.