"Es un hombre en paro, sin ingresos ni salario social", defendió ayer el abogado del furtivo detenido el pasado fin de semana por una patrulla del Seprona, en Ribadesella, cuando trataba de vender una partida de cerca de cuatro kilos de angula que había sido pescada sin la pertinente licencia. Al parecer, el hombre fue interceptado en plena calle en la capital riosellana y reconoció los hechos. "Devolvió la captura; no había llegado a venderla", subrayó el letrado Manuel Javier López García que lleva la defensa de este vecino de la localidad de Junco, de 53 años. Y agregó que si bien su intención inicial era colocar en el mercado esta captura, no tenía como objetivo obtener ningún enriquecimiento ilícito sino tratar de obtener algo de dinero "para ir tirando" ante la falta de cualquier otro tipo de ingresos por otra vía.

Según la defensa, resultan mucho "más punibles" otros delitos contra la fauna y la flora como los vertidos a cauces fluviales de grandes industrias o las cacerías en África. Además, la acción de este vecino de Ribadesella, continuó el abogado, se quedará en una multa económica reducida pues la sanción en estos casos se gradúa en función de la capacidad económica del sancionado, subrayó Manuel Javier López García.

Sobre el detenido, A. B. G., ya existían sospechas de que pudiera estar realizando labores furtivas desde hace varios días, según la información facilitada por la Guardia Civil. La investigación comenzó el jueves por la mañana cuando una patrulla del Seprona de Panes, perteneciente a la Comandancia de Gijón, interceptó al hombre en Ribadesella cuando se dirigía a un establecimiento de la localidad con intención de vender los cuatro kilos de angula pescados sin licencia.