Una langreana de 25 años, residente en La Felguera, fue liberada el pasado 17 de febrero por la Policía Nacional de Algeciras (Cádiz), tras ser secuestrada por la familia de su marido. Durante su cautiverio, de un día, la mujer fue golpeada "en reiteradas ocasiones", le cortaron el pelo e incluso amagaron con tirarla desde una azotea, donde "la descolgaron al vacío". Seis personas, tres parejas, han sido detenidas.

La Policía informó ayer de toda la operación. La mujer había ido a visitar a su marido a Algeciras. Cuando la joven estaba al cuidado de los hijos de un primo de su esposo, la culparon de la desaparición de un sobre que contenía 1.600 euros. Los familiares del marido exigieron que les devolviera el dinero con métodos expeditivos: la golpearon por todo el cuerpo, y tal y como apuntó la Policía, "la amenazaron con tirarla a la calle, para lo que la subieron a una azotea, donde incluso la descolgaron al vacío". Para librarse de "las torturas, mintió, diciendo que había cogido el dinero y lo había enviado a Asturias". Esto hizo que los captores la instaran a llamar a su familia en Langreo, para indicarles que devolvieran el dinero, y que mientras tanto, "la mantendrían retenida, e incluso si no lo recibían, la matarían".

Los familiares de la joven langreana llamaron de inmediato a la Policía Nacional, e informaron a los agentes de la Comisaría de Langreo de la dirección en la que vivían los captores. Pese a que la joven había seguido sus instrucciones, los familiares del marido sospecharon, y cambiaron a un segundo domicilio a la mujer, y luego, a un tercer piso, para evitar que se la localizara. La Policía de Algeciras acudió al lugar indicado, pero allí no encontró a la joven. La familia encontró el sobre, que se encontraba debajo del asiento de una furgoneta, pero aún así el tercer matrimonio que retenía a la joven no la dejaba marchar, ya que esperaba instrucciones "del jefe del clan".

Analizando los mensajes y las llamadas de teléfono recibidas, en las que se pedía el dinero, los agentes pudieron identificar y detener a los autores del secuestro y sus cómplices. Cuando ya se había localizado el tercer piso, la secuestrada logró librarse de sus captores. Pidió ir a ducharse, y en un descuido, pudo huir, saliendo a la calle, donde la Policía "ya estaba apostada". Una vez liberada, llevaron a la langreana al centro de salud, pero sus heridas hicieron que la trasladasen al hospital de Punta Europa. Finalmente se detuvo a seis personas, las tres parejas que habían participado "en distinto grado en la retención y secuestro". Se considera que los cabecillas fueron "el primo de su marido y la mujer de éste". Los dos tienen antecedentes, con cinco detenciones anteriores. Según la Policía, la liberación fue fruto de la "estrecha colaboración" entre comisarías.