Los concejales y empleados del Ayuntamiento de Cádiz, donde se estaba celebrando un pleno ordinario, fueron desalojados ayer tras un aviso de bomba que resultó ser falso. Tras el desalojo, agentes de la Policía Nacional establecieron un perímetro de seguridad de 25 metros alrededor del edificio e inspeccionaron las dependencias municipales en busca de la supuesta bomba hasta verificar que no existía ningún artefacto explosivo.