Un tribunal de Kobe, en el oeste de Japón, condenó ayer a muerte al asesino confeso de una niña de 6 años, a la que llevó a su domicilio pidiéndole que fuera modelo para una pintura. Luego, el hombre la estranguló y apuñaló, desmembró su cuerpo y lo metió en varias bolsas de plástico que abandonó en unos arbustos próximos a su domicilio.