Los familiares de las víctimas del accidente de Germanwings homenajearon ayer a sus allegados con una ceremonia en Le Vernet, el punto habitado más cercano al lugar donde justo hace un año colisionó un A320 en los Alpes franceses. El impacto tuvo lugar a las 9.41 horas, cuando el vuelo que cubría el trayecto entre Barcelona y Düsseldorf (Alemania) fue estrellado de forma intencionada por su copiloto, el alemán Andreas Lubitz, y provocó la muerte de sus 150 ocupantes. El minuto de silencio que guardaron las más de 600 personas presentes constituyó el momento más emotivo de un acto que las familias desearon que tuviera lugar lejos de las cámaras y cuya privacidad se protegió con grandes carpas blancas. El pueblo ofreció a aquellos que lo desearon la posibilidad de ir hasta el lugar exacto del impacto, a 1.500 metros de altitud y donde las labores de retirada de restos humanos y materiales se prolongaron durante meses. Solo algunos de los familiares acudieron hasta allí.