La gente creyó que se trataba de una desequilibrada, armada y preparada para ponerse a disparar de un momento a otro. Una guardia civil disfrazada como el personaje "Rambo" y armada con un fusil de juguete causó en la mañana de ayer bastante alarma entre los vecinos y viandantes de la plaza de España de Madrid. Una señora llegó a avisar a la Policía Municipal al ver cómo la mujer se arrastraba por el suelo con el fusil, sin saber que se trataba de una agente y que el arma era de juguete y por tanto no había peligro de que corriese la sangre. Junto a la guardia civil había además varios compañeros que iban vestidos de bailarinas, e imitando una escena de la conocida película de Sylvester Stallone. Una escena surrealista.

Fuentes de la Guardia Civil han terminado explicando que comunicaron al Ayuntamiento de la capital la realización de este tipo de actuación y que se trataba de prácticas de entrenamiento propias de las unidades de investigación. Y es que la agente se encontraba realizando un ejercicio dirigido a que los efectivos que van a ingresar en las citadas unidades superen la vergüenza o el miedo al ridículo.

Desde hace años

Según fuentes de la Guardia Civil, se trata de un procedimiento que se lleva haciendo en el Instituto Armado desde hace varios años. Se realiza pensando en los casos en los que estos agentes en el futuro tengan que hacerse pasar por distintos roles en el marco de alguna investigación en la calle, con el fin de pasar desapercibidos a los delincuentes. Según las fuentes consultadas, en este tipo de prácticas, cada agente elige el atuendo que más le apetece para superar la prueba de la vergüenza.

Junto a los agentes había dos instructores, uno de ellos con el rango de capitán, que explicaron a la Policía Municipal el sentido de la escena. Los agentes locales lo comprendieron y se retiraron del lugar. Las fuentes de la Guardia Civil defienden que, en este caso concreto, se apreciaba que se trataba de un disfraz y que se apreciaba claramente que el arma, "de unos 20 centímetros", era de juguete. Según la Benemérita, era como uno de los muchos mimos que se pueden ver en las calles de Madrid.