Un agente de seguros de Langreo ha sido detenido por la Policía como presunto autor de un esquema piramidal en el que habrían caído media docena de personas, incluidos algunos familiares. La estafa, que consistía en la compra de productos financieros que ofertaba en su agencia, con un alto valor añadido y que al menos inicialmente permitían un beneficio muy superior al del mercado, habría reportado pérdidas de al menos 350.000 euros, aunque es posible que esta cantidad sea mucho mayor, puesto que algunas víctimas no han denunciado dada la cercanía familiar y de amistad tanto con el presunto estafador como con sus padres. El caso es instruido por un Juzgado de Langreo, aunque hay denuncias en otras localidades.

La investigación fue abierta a raíz de una denuncia presentada por la Agencia Tributaria, en la que comunicaba al Juzgado las supuestas irregularidades. El Juzgado imputa al agente de seguros, que operaba desde 2008, los presuntos delitos de estafa y falsedad documental.

El agente de seguros realizó numerosos reintegros en ventanilla de cantidades elevadas y que no han vuelto a ser ingresadas en ninguna de las cuentas del investigado, por lo que no se descarta que gran parte del dinero, que según la Policía no ha sido gastado, a pesar del elevado nivel de vida que exhibían tanto el investigado como su mujer, pudiera estar escondido en Asturias o en alguna entidad financiera de un paraíso fiscal.

El último denunciante de esta estafa piramidal indicó a los agentes que había desembolsado la cantidad de 180.000 euros, a los que habría que añadir los intereses, que suman un total de 200.000 euros. A esta víctima habría que añadir varias personas conocidas del denunciado o de su familia que le confiaron cantidades elevadas, a las que prometió beneficios superiores a la media del mercado. Algunas de las cantidades procedían de premios de lotería de Navidad.

La Policía ha detectado la presunta falsificación de firmas por parte del investigado, así como la apertura de cuentas -hasta un total de 62 han analizado los agentes-, reintegros indebidos y otras gestiones. La Policía trata de desentraña la maraña de movimientos entre las decenas de cuentas que manejaba el investigado. La Policía sospecha que podría haberse apoderado de un mínimo de 350.000 euros.

Tras ser detenidos por la Policía, tanto el investigado como su esposa se negaron a declarar y a explicar el origen de su alto nivel de vida. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía han remitido al Juzgado que instruye el caso un gran volumen de información, que incluye documentación incautada en varios registros domiciliarios, así como en la agencia de seguros del sospechoso.