Una jubilada asturiana, Flor Fernández, de unos 70 años, se encuentra entre los desaparecidos por el derrumbe de un edificio en la localidad tinerfeña de Los Cristianos. La mujer se había desplazado a la isla canaria en el mes de enero, para pasar el invierno, junto a otras dos amigas, Paula y Carmen, que vivían en otro edificio y se encontraban haciendo deporte cuando se produjo el derrumbe del bloque de apartamentos. Fidel Fernández, un leonés de 82 años que reside en la isla desde hace 22 y que era vecino de la mujer -ahora está alojado en un hotel, tras perder el apartamento que tenía alquilado-, aseguró que durante los meses más cálidos residía entre Avilés y Gijón. "Le gustaba mucho caminar, aunque este año le dolía mucho una pierna y tenía que andar con bastón. Era una mujer muy agradable", indicó. A la isla se han desplazado dos hijas de la mujer, para seguir de cerca las labores de rescate.

Los equipos de búsqueda, formados por bomberos de Canarias y soldados de la unidad Militar de Emergencias (UME) remueven día y noche los escombros del edificio, aunque a lo largo del día de ayer las labores se ralentizaron ante el riesgo de derrumbes parciales. Hubo que apuntalar además una parte del edificio que no se había derrumbado inicialmente. Anteayer jueves, cuando se produjo el siniestro, los bomberos tuvieron que derribar otra parte que amenazaba con venirse abajo. La búsqueda prosigue día y noche con perros especializados en la detección de personas bajo escombros.

La desaparición de Flor Fernández causó una gran consternación entre los vecinos de Los Cristianos, donde muchos jubilados de la península se instalan durante unos meses o todo el año. Dos hermanas de Santoña y Castro Urdiales, Filo y Puerto García Cuevas, se mostraban ayer apesadumbradas. "No la conocíamos muy bien, porque ella hacía migas con otras mujeres de Asturias, pero alguna vez coincidíamos. Los bomberos están trabajando todo el tiempo", aseguraron.

La lista de desaparecidos se completa con un finlandés de 72 años llamado Markku Tapani, una italiana de 77 llamada Graziela y una amiga de ésta, de la misma nacionalidad, y una joven marroquí, Hanna, de unos 28 años, casada y con dos hijos. Se cree que puede haber incluso más desaparecidos, ya que se trata de unos apartamentos con mucho movimiento de personas.

Los bomberos y militares han rescatado por el momento dos cadáveres, que corresponden a dos mujeres, que no han sido identificadas por el momento, ya que no tenían documentación encima.