Una mujer de 37 años y nacionalidad china ingresó ayer en prisión tras haber admitido que había matado a su hijastro de 9 años de una paliza. Según explicó a la Policía, le había pegado con un palo, además de con sus propias manos y hasta con los pies. El juez le imputa los delitos de homicidio y malos tratos habituales. El padre del niño, de 55 años y también de nacionalidad china, está en libertad con cargos e investigado por los malos tratos que el pequeño había sufrido con anterioridad.

Los hechos ocurrieron en Las Palmas y la detención de la pareja, ambos sin antecedentes penales, se produjo el pasado lunes. La detenida llamó a medianoche a los servicios de emergencia solicitando ayuda porque su niño se encontraba en mal estado en el domicilio familiar.

Cuando llegaron los agentes ya se encontraban en el inmueble efectivos sanitarios, que no pudieron más que constatar el fallecimiento del niño.

Los efectivos policiales hallaron el cadáver del menor sobre la cama del dormitorio principal de la vivienda, y constataron que el cuerpo presentaba evidentes signos de violencia.

Junto al cadáver encontraron un palo de madera de unos sesenta centímetros de largo manchado de sangre. La madrastra del menor reconoció a la Policía que había golpeado con el palo y con sus manos y sus pies al menor hasta ocasionarle la muerte, por lo que se procedió a su detención.

En el domicilio también se encontraban los dos restantes miembros de la familia: el padre del fallecido y otro niño de 3 años, hijo de la pareja. Según la Policía, el padre no estaba en su casa cuando sucedió la agresión.

En un primer análisis en el mismo domicilio, la Policía también pudo determinar la existencia de evidentes signos de maltrato anterior en el cuerpo del menor fallecido.

El hijo de la pareja, de 3 años, fue puesto a cargo de la Viceconsejería de Política Social del Gobierno de Canarias, especificó la Jefatura, que mantiene la investigación abierta.

La pareja fue trasladada al Juzgado número 1 de Las Palmas de Gran Canaria, cuyo titular decretó prisión para ella, y para él, libertad con cargos y la prohibición de abandonar España.