La montaña de neumáticos de Seseña comenzó a formarse a finales de los años 90, pero no fue hasta el año 2003 cuando la empresa que los depositaba en estos terrenos solicitó licencia para su triturado y reciclaje, que incumplió, lo que dio inicio a uno de los mayores problemas medioambientales de España.

El cementerio de neumáticos, que acumula cinco millones de ruedas y que anoche comenzó a arder, se expande a los largo de cerca de 11 hectáreas situadas a menos de medio kilómetro de la urbanización El Quiñón de Seseña (Toledo), de las cuales un tercio se encuentran en la localidad Valdemoro (Madrid).

Se trata del cementerio de neumáticos más grande de Europa, uno de los aproximadamente quince depósitos "históricos" de ruedas fuera de uso que existen en España, una situación "muy residual" con la que se acabó a partir de la aprobación de un real decreto del año 2005 sobre la gestión de este tipo de material.

Según un portavoz del Sistema de Gestión de Neumáticos Usados (SIGNUS), las comunidades autónomas están teniendo en cuenta estos almacenamientos para su gestión, pero en el caso del de Seseña es más complejo por concurrir dos CCAA (Madrid y Castilla-La Mancha).

Los neumáticos comenzaron a acumularse en la localidad toledana a finales de los 90, pero la montaña creció tanto que empezó a ocupar también terrenos del municipio madrileño de Valdemoro.

Fue a las puertas del nuevo siglo cuando la empresa Disfilt SA, dedicada a la fabricación de neumáticos y cámaras de caucho, comenzó a utilizar los terrenos de Seseña, alquilados a dos propietarios particulares, para depositar las ruedas sin contar con licencia ninguna.

El exalcalde de IU Manuel Fuentes recuerda a Efe que interpusieron las primeras denuncias por estos hechos desde la oposición en el año 1998 y alrededor del año 2000 se produjo el primer incendio, "aunque la magnitud fue muy baja", y fue sofocado en un solo día.

Tres años después, en abril del año 2003, coincidiendo con la construcción de la megaurbanización El Quiñón de Francisco Hernando "El Pocero", la empresa solicitó la licencia municipal, pero la incumplió, lo que motivó inspecciones y sanciones por parte de la Junta de Comunidades, hasta que un juzgado declaró ilegal la actividad en el año 2009 y precintó el cementerio.

Fuentes recuerda, no obstante, que no se han depositado neumáticos en este lugar, "a no ser que haya entrado un camión a escondidas", desde el año 2006 e incluso durante estos años la Policía Local y los agentes medioambientales de la Junta custodiaron los terrenos para evitar nuevos depósitos.

En la sentencia judicial del año 2009, el juez condenaba al propietario de la empresa a tres meses de prisión, junto a una multa, al considerarlo responsable de un delito contra el medio ambiente.

En el año 2011, el Ayuntamiento de Seseña consiguió que un juez decretase la parcela, actualmente propiedad de dos empresas inmobiliarias, como "bien abandonado", de modo que el Consistorio podía hacerse cargo del triturado y de la retirada de neumáticos.

Para esta actividad, en un principio, el Consistorio contrató a una empresa senegalesa, pero luego rescindió el contrato, y se lo encargó a Gestión de Deshechos y Ruedas Iberia, que tampoco pudo hacerse cargo de la retirada de ruedas por su gran número y por la complejidad de la tarea.

El pasado mes de febrero, el Ayuntamiento de Seseña informó de que había resuelto "de común acuerdo" el convenio de colaboración con esta y explicó que, tras este acuerdo, se daba vía libre al Ministerio de Medio Ambiente y a las consejerías de Medio Ambiente de Madrid y de Castilla-La Mancha para que "actuando de acuerdo a sus competencias", adoptasen la solución "más efectiva para finalizar la eliminación del depósito de neumáticos fuera de uso".