El Juzgado número 4 de Oviedo investiga a un sargento de la Guardia Civil con destino en Gijón y a un abogado de Oviedo por presuntas presiones y engaños a una víctima de violación, con el fin de forzarla a retirar la denuncia que iba dirigida contra el exmarido de la mujer, emparentado a su vez con el agente. Según la mujer, el sargento se presentó en la sala de denuncias del cuartel de Llanera para tratar de intimidarla. El agente es además abogado en el despacho del letrado denunciado por estos hechos, al que la mujer acusa de haberla engañado para que no prestase declaración en el Juzgado de violencia contra la mujer, que terminó archivando la denuncia por violación. El letrado prestará declaración como investigado el jueves en el Juzgado.

Según sostiene V. F. D., la víctima, el 9 de febrero de 2014 fue agredida sexualmente por su entonces marido, J. I. F. G., respecto del que tenía intención de divorciarse. La mujer acudió al centro de salud de Posada de Llanera, donde llegó desnuda de cintura para abajo, según consta en el informe médico. La doctora que la atendió refirió en su informe "erosiones y eritema en cara y cuello", así como "erosiones en labios menores" de los genitales. Indicó además en su informe que había tenido que facilitarle ropa al encontrarse desnuda. A continuación, la mujer se dirigió al cuartel de Posada de Llanera, no sin antes llamar al letrado ovetense L. F. V., el profesional que le estaba llevando el divorcio. El abogado le dijo que no podía desplazarse hasta el cuartel, pero que la atendería por teléfono. Mientras la mujer estaba esperando para prestar declaración, entró en el cuartel el sargento de Gijón, J. A. V. L., siempre según la denuncia de la mujer. El agente llegó con el hermano del presunto agresor, y su pareja.

La mujer añade que, cuando le estaban tomando declaración en el cuartel, el sargento familiar de su exmarido irrumpió en la sala. "Hola, buenas", refiere la víctima que dijo, y comenzó a mirarla de forma "desafiante e intimidatoria", tratando de "coaccionarla". Según la mujer, los hechos fueron puestos en conocimiento del jefe de la Comandancia de Gijón, teniente coronel Francisco Javier Puerta, quien le dijo que se abrió un expediente, luego archivado.

La denunciante indica que el letrado la asistió en su declaración ante el Juzgado de violencia, donde, por indicación de él, se acogió a su derecho a no declarar y renunció a cualquier acción civil o penal que pudiese corresponderle. Todo ello "sin ser informada de las consecuencias que acarrearía". Tras firmar su negativa a declarar, una funcionaria le preguntó si era consciente de lo que había hecho. "Acabas de renunciar a todo", le dijo. La mujer se volvió a su abogado, quien le dijo que no se preocupase, que había llegado a un acuerdo con la parte contraria. La mujer considera que el letrado, socio de bufete del agente denunciado, actuó de forma unilateral y desleal. La mujer recurrió a los servicios de la abogada Ana María González, de CAVASYM, que interpuso los correspondientes recursos contra el archivo de la denuncia por violación.