Las fuertes lluvias que han sufrido esta semana el norte y centro de China dejan ya 84 fallecidos y el mismo número de desaparecidos, entre ellos niños. La zona más afectada por el temporal es la provincia de Hebei, que rodea Pekín, donde se han registrado hasta el momento 72 muertos y 78 desaparecidos. Además, se ha evacuado a 300.000 personas, que se suman a las más de 100.000 que ya fueron desplazadas en Henan, según los últimos datos aportados por las autoridades locales.

De forma paralela se han producido varias protestas, protagonizadas por ciudadanos que se quejan de la actitud del Ejecutivo local, que supuestamente no activó la alerta con suficiente antelación y, en algunos casos, como en la ciudad de Xingtai, llegó a negar la existencia de víctimas. En esta localidad, de 500.000 habitantes, a unos 400 kilómetros al sur de Pekín, se produjo un enfrentamiento entre la ciudadanía y las fuerzas de seguridad desplazadas al lugar, cuando los manifestantes cortaron una avenida principal en señal de protesta.

Las inundaciones y los corrimientos de tierra han provocado el colapso de más de 52.000 viviendas y han dañado otras 160.000. A su vez, 700.000 hectáreas de cultivos se han perdido por las lluvias, lo que ha provocado pérdidas económicas por valor de unos 2.000 millones de dólares, según los datos oficiales. De todas formas y como es habitual en este tipo de desastres en China, las cifras publicadas por el Gobierno son confusas y en cuestión de horas se ha pasado de informar de veintiséis muertos a casi un centenar.