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Asturias, "halcón" del fuego en Orense

Una treintena de soldados del Regimiento "Príncipe" de Siero se despliega en Viana do Bolo y patrulla un quinto de la provincia, dentro del operativo "Centinela Gallego"

El capitán José Javier Pascual muestra un mapa al coronel Raimundo Rodríguez Roca, jefe del Regimiento "Príncipe", en el alto de Chavea. LAURA CARADUJE

Asturias es uno de los "halcones" que vigila los incendios en Galicia. Una treintena de soldados del Regimiento "Príncipe" con base en La Belga (Siero), al frente el capitán José Javier Pascual, jefe de la tercera compañía del batallón "Toledo", están movilizados en Orense, donde patrullan nueve concejos, entre la frontera de Lugo por el norte, la "raya" portuguesa por el sur, el municipio de Laza por el oeste y el límite con Castilla y León por el este. En total, 143.312 hectáreas, una quinta parte de la provincia de Orense. Dentro del operativo "Centinela Gallego" -con otras dos zonas en La Coruña y Pontevedra-, el área designada a los asturianos se denomina "Halcón". Esta es otra de las actividades cotidianas que realiza el "Príncipe", al menos en verano.

No se puede hacer más con menos. Una veintena de soldados está destacada en la localidad de Viana do Bolo, mientras que otros 13 realiza su misión en A Pobra de Tribes, en el norte. El destacamento moviliza un total de once patrullas. Nueve de ellas recorren cada concejo asignado de ocho de la mañana a once de la noche -con catorce horas de patrullaje efectivo-; las otras dos realizan el turno nocturno, de once de la noche a ocho de la mañana. En total, los dieciséis vehículos del destacamento -en su mayoría vehículos ligeros Santana, aunque el dispositivo incluye un Vamtac de segundo escalón para hacer frente a las averías de los vehículos, equipos y armamento- realizan entre 200 o 300 kilómetros diarios, con lo que el mes que está movilizado en Galicia, el regimiento recorre cerca de 110.000 kilómetros. De forma esporádica, reciben el apoyo de un dron de la Brigada Galicia, a la que pertenece el "Príncipe".

La vigilancia de estos soldados, que suelen patrullar armados con pistola, resulta efectiva. El capitán Pascual, extremeño de Valverde del Fresno, y que hasta hace un año estuvo en el batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de Zaragoza, explica que, desde que están destacados en la zona, solo han ardido 200 hectáreas, cuando el año pasado, a 15 de septiembre, habrían quemado 2.000. Durante el tiempo que llevan en Viana do Bolo, solo han avistado once fuegos. "La mayoría se producen al norte y al sur del área que tenemos asignada, lo que demuestra el efecto disuasorio del operativo, y comienza a darse a partir del 15 de septiembre, cuando finaliza la operación", señala el capitán.

Los vecinos de estos pueblos, como Quintela do Pando, ya están más que acostumbrados a la presencia de militares, que vienen desplegándose con el "Centinela Gallego" desde 2007. "Buen servicio", desea un vecino al pasar la patrulla del "Príncipe". Y es que "la gente se siente amparada al ver a un militar", resalta el capitán Pascual. Y añade que, "la clave no es pillar al pirómano, que es bastante difícil, sino disuadirlo de que inicie el fuego".

El teniente Queipo, de Cangas del Narcea y jefe de la célula de seguridad del destacamento, explica que hay varios tipos de artefactos iniciadores. Los grandes, con una especie de red de ramas y hojas secas sobre un bidón de gasóil, y más pequeños, aunque igual de efectivos, con mechas cortas que se van arrojando desde los vehículos en marcha por las pistas forestales.

Cada patrulla tienen asignados unos siete observatorios, alguno, como el del Alto de Chavea, entre los dos ramales del embalse de Bao, situado a una altura de 923 metros, desde donde se tiene una perfecta visión en más de treinta kilómetros a la redonda. Los soldados utilizan los prismáticos Steiner asignados a la unidad, y por la noche, los visores nocturnos de amplificación lumínica AN PVS-14, con los que se distinguen fuegos a gran distancia.

Cuando los soldados observan algún foco, comunican con los distritos forestales, que envían a los especialistas en la extinción de incendios, así como a la Guardia Civil -con medios muy limitados en la zona- y la cadena de mando orgánica. En los vehículos Santana llevan no obstante un pico y una pala, por si se ven en la necesidad de apagar algún conato. Pero el coronel Raimundo Rodríguez Roca, jefe del "Príncipe", es claro: "Nuestro cometido no es apagar fuegos, pero colaboramos, siempre que se pida a través de la Brigada Galicia, en acciones de apoyo, como evacuación de civiles o bloqueo de zonas de paso. Nuestro único interés es ser útiles y servir".

La participación en el "Centinela Gallego" le sirve al "Príncipe" para ensayar los protocolos que luego aplicará en sus operaciones. En Viana do Bolo, se ha instalado un puesto de mando similar al de las misiones en el exterior, con un sistema que permite tener localizada a cada patrulla en tiempo real.

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