Continúa el misterio esotérico en Calpe (Alicante). Un bañista de 38 años descubrió una nueva sábana anudada por sus extremos que contiene restos óseos humanos y objetos rituales, así como los nombres y las fotos de las víctimas del presunto conjuro. Este paquete es ya el cuarto que se encuentra en el Peñón de Ifach, en Calpe (Alicante), tras el que recuperó un instructor de buceo de Benissa en la mañana del sábado 27 de agosto, el que descubrieron los submarinistas de Calpe esa misma tarde y el que hallaron de nuevo buceadores de Benissa por la noche.

El último fardo apareció en la misma cara sur del Peñón donde se hallaron los anteriores, próximo al helipuerto del paseo Príncipe Felipe y a escasísima profundidad. De hecho, el bañista lo vislumbró mientras hacía snorkel, a unos cuatro o cinco metros de la superficie (los otros estaban a unos 19 metros).

El alicantino no se atrevió a tocarlo, pero sí recogió una estatuilla de bronce que estaba junto al cuarto paquete ritual. Es una figura femenina muy estilizada y que alza los brazos. En la cabeza se aprecian unos incipientes cuernos, lo que la emparentaría con la iconografía satánica.

El cuarto hato ritual y la estatuilla confirman que el ceremonial de hechicería que se llevó a cabo presumiblemente la pasada semana en el Peñón de Ifach (la Guardia Civil considera que los restos se lanzaron al mar 48 o 72 horas antes de ser hallados el pasado sábado) tuvo bastante entidad. Quienes realizaron el conjuro o el ritual esotérico (la estatuilla de ayer reforzaría que podría ser satánico) se sintieron atraídos por el poder telúrico del Peñón.

Mientras, el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, confirmó que en estos conjuros se invocaban a personas de carne y hueso de Extremadura, en concreto de Cáceres. Moragues precisó que también han aparecido entre los objetos envueltos en las sábanas nombres y fotografías de personas de otras provincias. Reveló que también había documentos de la Agencia Tributaria "con nombres y apellidos", al tiempo que confirmó que la Guardia Civil se pondrá en contacto con esas personas invocadas en el ritual para "saber el porqué de la aparición de estos huesos y del resto de cosas".

Los restos óseos humanos que contienen estos hatos han permanecido enterrados entre 30 y 40 años. Están pigmentados de marrón, lo que revela que estuvieron durante décadas en contacto con la tierra. En Calpe y los pueblos de alrededor, no se ha profanado ninguna tumba. Pero, al hallarse nombres y fotos de personas de Extremadura y de otras provincias alejadas de Calpe y el Peñón, la inhumación de los esqueletos (el del primer paquete estaba casi completo) se podría haber realizado en algún viejo y olvidado camposanto de la parte oeste de España.

El hecho de que en el ritual aparezcan nombres y fotografías de personas vivas, así como documentos de Hacienda que traslucen que se pretendió hacer un sortilegio para conjurar agobios fiscales, refuerza la hipótesis de que el ritual se enmarcaría en la brujería o la hechicería.