Un agente de policía de East Liverpool, Ohio (Estados Unidos), paró un vehículo por conducir erráticamente y entonces descubrió que el conductor estaba apenas consciente y una mujer estaba desplomada en el asiento del copiloto, ambos por una sobredosis. En el asiento de atrás estaba el hijo de ella, de cuatro años, que fue recogido por los servicios sociales.