En unas pesquisas tan complejas como las del caso Diana Quer, cualquier información de la que tirar resulta fundamental. La Guardia Civil investigará los testimonios que ha recibido de varias personas que aseguran haber visto a la joven madrileña desaparecida hace ya más de un mes en A Pobra do Caramiñal en dos localidades de la provincia de Lugo.

Concretamente, según fuentes de la investigación, una chica que coincide con la descripción de la madrileña pudo ser vista en un restaurante y una librería de Castroverde, así como en una casa de comidas de Pedrafita do Cebreiro, al parecer hace ya al menos dos semanas. Además, según estos testigos, iba acompañada de un hombre mayor que ella y de habla inglesa.

Esta información ya se ha trasladado a los agentes que dirigen la investigación desde A Coruña, que la analizará para ver si contribuye a resolver la desaparición. Los dos ayuntamientos en los que aseguran haberla visto, Castroverde y Pedrafita, forman parte del Camino de Santiago. La imagen de Diana es bien conocida no sólo por la difusión de carteles con fotos y sus características físicas, sino también por el gran interés mediático que ha suscitado esta investigación.

Y en un asunto que por el momento acumula más sombras que luces, lo que fue adquiriendo la categoría de certeza parece también empezar a tambalearse. Un informe técnico de la Guardia Civil basado en la información obtenida a través de antenas repetidoras de telefonía habría dado un giro al caso al apuntar que Diana no llegó a pasar por su casa de veraneo la madrugada en la que se le perdió la pista cuando regresaba de las fiestas de A Pobra.

Este cambio de rumbo en las pesquisas del que informaron el programa de Cuatro 'En el punto de mira' y el periódico digital 'Ok Diario' se basaría en que a la chica no le dio tiempo a ir a su vivienda. Y eso porque desde que envió el último mensaje de WhatsApp avisando a un amigo de que un hombre la molestaba hasta que se pierde la señal de su teléfono móvil en la zona de Taragoña, en Rianxo, a casi 20 kilómetros de distancia, sólo pasan 13 minutos y 53 segundos. Esta hipótesis se basaría en que el terminal de la desaparecida se apagó a las 02.51 horas de aquella fatídica noche, y no a las 04.15 horas, como se había apuntado desde el inicio sin que se pusiese hasta ahora en duda.

La tesis que se había manejado hasta ahora era la de que Diana, tras dejar la verbena, volvió andando sola a casa. Allí se habría cambiado sus ya famosos shorts rosas por un pantalón tejano largo, aparentemente para abrigarse. En los primeros días se apuntaba también que la última nota de audio que envió fue en torno a las tres y media de la madrugada, diciendo a una amiga que la quería. Tras dejar su vivienda se supone que se subió a un coche, no se sabe si voluntariamente o forzada, y en torno a las 04.15 horas se perdía su rastro en Rianxo.

Ahora se apunta a que el teléfono se apagó en esa misma zona, pero más de una hora antes, a las 02.51 horas. Esto es apenas 14 minutos después y a casi 20 kilómetros de distancia de donde la chica se encontraba cuando escribió los mensajes de WhatsApp a un amigo en los que decía que se estaba "acojonando" porque un hombre de etnia gitana le decía "morena ven aquí". Según esta hipótesis, en tan escaso tiempo no le habría permitido a ir a su casa ni a cambiarse de ropa. El programa de Cuatro señala que esa noche Diana nunca llegó a ponerse los shorts rosas, sino unos muy parecidos blancos, de ahí el equívoco.