Juan Márquez Fabero, acusado de asesinar de 40 cuchilladas a sus dos hijos en su domicilio de Ubrique (Cádiz), insistió ayer en que fueron ellos los que se mataron entre sí, y aseguró que él sólo intervino para arrebatarles las armas.

"Se mataron entre ellos", repitió el acusado ante el tribunal y el jurado popular que le juzgan en la Audiencia Provincial en Jerez, a los que, según las defensas, ofreció una versión "delirante" que se contradice con numerosas pruebas y testimonios del doble parricidio ocurrido en 2014. Según el acusado, los dos hijos se habían matado entre ellos con el mismo cuchillo, el que usaba él en las matanzas de cerdos.