El juicio iniciado ayer en la Audiencia de Madrid contra Antonio Ortiz, el pederasta de Ciudad Lineal, acusado de violar a cuatro niñas entre septiembre de 2013 y agosto de 2014, tiene acento asturiano en la persona del letrado José Antonio Tuero, hijo del villaviciosino Manuel Tuero Madiedo, abogado de Marcial Dorado y que ha estado en casos tan sonados como el del Nani o los GAL. Tuero es uno de los abogados de la acusación particular, y defiende los intereses de una de las víctimas, la testigo protegido número 3. Solicita para Ortiz una condena de 126 años y medio de cárcel, frente los 76 del ministerio público. Ayer, en la primera jornada del juicio, Antonio Ortiz decidió no declarar. José Antonio Tuero, que ha añadido en su acusación dos delitos de tentativa de homicidio porque "hubo riesgo vital para dos de las víctimas", resaltó en la tarde de ayer que, "con su silencio, Ortiz ha perdido la oportunidad de defenderse y ofrecer un descargo a las acusaciones, lo que evidentemente le perjudica". En cualquier caso, el silencio de Ortiz no le ha extrañado a Tuero, toda vez que el presunto pederasta prefirió no declarar en sus cuatro comparecencias previas ante el juez.

Tuero, que se siente "orgulloso de su origen asturiano", indicó que el juicio continúa hoy con el visionado de las entrevistas con otras dos víctimas -ayer el tribunal contempló las dos primeras-, "sin necesidad de que las niñas tengan que prestar declaración en la vista, lo que contribuiría a revictimizarlas". Tuero añadió que las cuatro víctimas reconocieron a Ortiz en rueda de reconocimiento como la persona que las había agredido sexualmente, y esperó que sea suficiente para basar la condena del acusado, que fue detenido en Santander tras una intensa búsqueda.

El abogado de Ortiz, Cristóbal López Sitjar, aseguró que su defendido está "muy cabreado" porque considera que ha sido juzgado y condenado, sin posibilidad de defensa.