Lo llaman el "club de las bullas" de Lugo. Los chicos, adolescentes de 14 y 15 años, quedan junto a la muralla de la ciudad para pelearse a puñetazo limpio, ante la presencia de sus compañeros de clase, que les jalean para que se crujan con más brío. De paso lo graban y luego lo cuelgan en la red. Ayer se difundió un nuevo vídeo, el segundo, donde se escucha con más nitidez los gritos salvajes de los muchachos: "Dale, dale, mátalo, pártele la cabeza", todo ello aderezado con risas y expresiones de asombro cuando los contendientes colocan buenos golpes en la cara del contrario.

La Policía considera que se trata de hechos "puntuales" y que no hay una red que organice este tipo de peleas. La Fiscalía, no obstante, ha abierto una investigación para determinar si existen delitos.

En las peleas se solventan asuntillos de adolescentes: el que le tiene ojeriza a otro, o el que cree que le están fastidiando a la novia, le reta y quedan para arreglarse la cara. Hay "bullas" aproximadamente una vez al mes. Los practicantes de estas sesiones de boxeo a la antigua tienen hasta un apodo: los "Chungalíes". Tienen, reglas, árbitros y vigilantes para poder escapar a tiempo de la Policía y de los vigilantes privados.

El resultado no va más allá de una nariz sangrante o un ojo morado. Es un deporte de caballeros: "No se puede matar".