Tres de los 279 chinos detenidos esta semana de una red criminal que estafaba a sus compatriotas mediante timos telefónicos han recibido protección como víctimas de trata de seres humanos tras alegar que los tenían encerrados en un chalé en condiciones de esclavitud. La Audiencia Nacional ha dejado en libertad a 45 de los 279 ciudadanos chinos detenidos de la trama, la mayoría jóvenes que explicaron que vinieron a España con la promesa de que iban a tener un trabajo, y declararon que son nacionales de Taiwán y no de China.

Cuatro Juzgados centrales de instrucción con sus respectivos jueces y secretarios judiciales, así como seis fiscales, seis traductores, decenas de funcionarios y hasta cien abogados de oficio han atendido a estos ciudadanos durante cuatro intensos días para tramitar a tiempo las peticiones de extradición de la justicia china. Ahora, el país tiene cuarenta días de plazo para presentar ante la Audiencia Nacional la documentación para probar los delitos de los que se les acusa.

Según las investigaciones, la trama llegó a embolsarse 16 millones de euros a través de timos telefónicos a compatriotas humildes que residían en China, a los que hacían pensar que estaban siendo investigados por las autoridades de su país. De los cuarenta y cinco que han quedado en libertad, tres han recibido la protección del protocolo para víctimas de trata de seres humanos, según ha acordado el juez José de la Mata, que dirige la causa apoyado por sus compañeros Santiago Pedraz, Carmen Lamela y Alejandro Abascal.

Los detenidos han declarado que una vez que llegaban a España bajo la promesa de un trabajo, la trama les alojaba en chalés aislados en las provincias de Alicante, Barcelona y Madrid, donde les dieron un cursillo de teleoperadores. Treinta de ellos han prestado declaración ante un juez de Alicante, aunque los procesos de extradición de todos ellos los lleva la Audiencia Nacional, que va a tramitar las 279 entregas.