Ya con la consideración judicial de crimen de violencia de género, la Policía Nacional trabaja sin tregua y prácticamente agotará las 72 horas de arresto, el máximo legal permitido, en busca de pruebas y evidencias en el caso de César Adrio Otero, el vecino de Vigo de 38 años separado y con dos hijos pequeños detenido este domingo por supuestamente matar a puñaladas la madrugada del sábado a su compañera de trabajo Ana María Enjamio, la ingeniera de 25 años a la que conoció cuando ella empezó a trabajar en 2015 en la empresa porriñesa Cablerías Auto: recién licenciada, comenzó como becaria y se quedó en la firma, donde era muy valorada.

La investigación ha constatado que entre ambos hubo una relación sentimental de varios meses -que habría comenzado en torno a febrero de este 2016- a la que la víctima decidió poner fin. De hecho llegaron a convivir -no trascendió si de forma continua o esporádica- en un piso cuyo alquiler constaba a nombre de él, motivo por el que el juzgado que estaba de guardia cuando fue el crimen, el de Instrucción 5 de Vigo, se ha inhibido en el de Violencia sobre la Mujer, que incoó la causa bajo la consideración de delito de asesinato. En este caso no había denuncias previas, pero los testimonios recabados estos días, entre ellos los de dos íntimas amigas de la joven, señalan que la víctima sufrió presuntamente en los últimos tiempos episodios puntuales de violencia verbal y amenazas por parte del arrestado, que no había asumido el fin de la relación por la cual, también según amistades, él había decidido romper su matrimonio.

Ayer aún no había aparecido ni el arma homicida ni el teléfono móvil de la víctima. Salvo sorpresa de última hora, será mañana miércoles, confirmó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), cuando César Adrio, que en la actualidad vivía con sus padres en el barrio de Fonte Escura de Candeán, sea puesto a disposición de la juez viguesa especializada en violencia de género. Casi en el límite de las 72 horas.

Intento de suicidio

El mismo sábado, horas después del crimen, este hombre, tras ser requerido, acudió voluntariamente a testificar a comisaría. Todavía no tenía la condición de sospechoso. En esos primeros momentos habría referido que aquella noche, tras la cena de empresa navideña a la que también había ido la víctima, se fue para su casa. Sobre lo que ocurrió las horas después señaló que se duchó y que fue a Vilagarcía, donde vive su exmujer, a recoger a sus hijos. Pero ya en esa jornada, ante los primeros indicios recabados, adquirió la condición de investigado para la Policía -de hecho en las dependencias se personó su abogado- y a última hora de esa tarde se registraba su Renault Megane, el mismo con el que había ido hasta comisaría, y la casa en la que vive con sus progenitores. En ese barrio de Candeán ayer la "sorpresa" era mayúscula por la detención de su vecino.

Tras esas diligencias quedaba libre pero al día siguiente domingo, por la mañana, César Adrio intentó suicidarse en su casa, motivo por el que fue trasladado al Hospital Álvaro Cunqueiro, donde ya era formalmente detenido. Tras recibir el alta, fue trasladado a comisaría. Fuentes del TSXG, que dicen que el caso se ha incoado por el procedimiento de jurado popular, señalaron que el hombre se ha acogido a su derecho a no declarar.

Diligencias

Sin confesión, al menos por el momento, la Policía trabaja en busca de evidencias que aportar al juzgado. Una de las pruebas solicitadas, ya autorizada el fin de semana por la juez de guardia, es el análisis del teléfono del detenido, con el fin de ver llamadas entrantes y salientes y mensajes de WhatsApp, así como datos de posicionamiento del terminal la noche del crimen. También se indaga en la ropa aportada por el sospechoso cuando se le requirieron las prendas que vestía la noche de la cena. Las fuentes también concretan que hubo toma de muestras biológicas. A simple vista, el detenido no presentaba en las manos evidencias de heridas. Otro frente es el de la toma de declaración a testigos. Inicialmente se realizaron numerosas entrevistas para centrar o descartar hipótesis pero ahora, con el caso enfocado ya en un sospechoso, las pesquisas se concentrarán en aquellas personas que puedan aportar datos relevantes. Entre las personas con las que hablaron los agentes están al menos dos buenas amigas de Ana Enjamio, su novio "de toda la vida" -con el que, tras darse un tiempo, había retomado la relación tras romper con el ahora detenido- y personas del ámbito laboral de víctima y detenido.

La joven fue apuñalada en el portal del edificio a donde fue a vivir con dos amigas. Tras haber roto con su compañero de trabajo, a las amistades con las que se sinceraba les había reiterado que esa relación estaba acabada. Algo que él no pareció asumir. Tras la cena de empresa del viernes, se ofreció a llevarla a casa, pero ella lo rechazó y abandonó el hotel NH donde fue la fiesta con unas amigas. Él ya lo había hecho antes. Las sospechas policiales son que aguardó a la mujer en el interior de su edificio para atacarla.