"Se quemó en parte". Es lo que repetía, ayer, incansable y positiva la cocinera Elvira Fernández "Viri" mientras los bomberos extinguían las llamas en su restaurante "El Llar de Viri", en San Román de Candamo. Una chispa en la chimenea calcinó uno de los salones, la cámara de frío y los baños del local. La cocina y el antiguo llar, la bodega y un comedor no sufrieron daños por lo que la guisandera se plantea abrir cuanto antes, si los expertos lo permiten. "Es el trabajo de una vida, hay que empezar de cero", comentó durante los trabajos de extinción mientras recibía el cariño de los vecinos.

Alrededor de las doce de la mañana el Centro de Coordinación de Emergencias de Asturias recibió el aviso de que un restaurante estaba ardiendo. La llamada la realizaron tras tratar de extinguir las llamas con los extintores habilitados en el restaurante; también emplearon agua pero al advertir que las llamas eran incontrolables llamaron al 112 y cerraron el conducto del gas y bajaron los plomos, según indicó la hostelera candamina. Por suerte, varios familiares acompañaban a Fernández en el momento en el que se inició el fuego, con el restaurante ya abierto, y ayudaron en las labores de extinción.

El Centro de Coordinación de Emergencias movilizó al Jefe de Bomberos de la zona centro y se trasladaron seis efectivos de Bomberos de Asturias, de los parques de Pravia y Grado, que se trasladaron con un furgón multisocorro y la autobomba forestal. También se movilizó un vehículo nodriza de La Morgal y se desplazó una patrulla de la Guardia Civil. Los familiares de Fernández ayudaron durante las labores de extinción.

Los bomberos atacaron el fuego desde cinco frentes para evitar la propagación de las llamas hacia el comedor y los edificios anexos. En uno de ellos está la instalación telefónica del pueblo. El fuego ya se había propagado por las vigas de madera del tejado del local, que ardían poco a poco sin llamas. Por eso, los efectivos tuvieron que levantar una a una las tejas para poder enfriar toda la techumbre. "Retejamos hace pocos años", lamentaba uno de los hijos de la guisandera.

Pasadas las dos de la tarde, los bomberos dieron por extinguido el fuego pero se quedaron realizando labores de refrigeración y seguridad. Para ello, emplearon la cámara de imágenes térmicas para comprobar la posible presencia de focos de calor. Fernández agradeció la rápidez de los servicios de emergencia. La cocinera mostró su carácter positivo para sacar fuerzas y animar a todo el mundo.

De hecho, una vez que se dieron por finalizadas las tareas de extinción del fuego ya planeaba la posibilidad de abrir el restaurante cuanto antes. "Hay que ver qué dicen los electricistas".