Santiago Corona, el joven de 34 años, que quedó filmado por las cámaras de seguridad de un edificio de Caballito cargando el cadáver de su suegro, el empresario lenensel Roberto Fernández Montes, se negó a declarar ante el juez Hernán López, magistrado a cargo de la causa, según informaron fuentes judiciales al diario "La Nación".

El juez López volvió a citar a indagatoria a Corona porque la acusación cambió: en un primer momento, el yerno de la víctima fue imputado de ser el coautor del crimen junto con César Ricardo Arce López, conocido como "el mecánico", pero éste recuperó el pasado martes la libertad.

Entonces, el magistrado indagó a Corona y le leyó la nueva imputación de ser el coautor del homicidio, junto con el ciudadano de origen paraguayo Pedro Fernández Torres que hasta que se dictó su orden de captura trabajaba como carnicero. Fernández Torres continúa prófugo. Corona, que la semana pasada ya se había negado a declarar, mantuvo ayer la misma estrategia judicial e hizo uso de su derecho constitucional de no declarar.

"El mecánico", de 43 años, había sido detenido el lunes de la semana pasada cuando todavía no había sido hallado el cuerpo de Fernández Montes después de que la familia de la víctima lo identificara como la persona que acompañaba a Corona en el momento que sacaban del ascensor el cuerpo del empresario español. Pero los tatuajes que tenía en sus dos antebrazos lo sacaron rápidamente de la escena del crimen porque el sospechoso que cargó el cadáver junto con Corona no tenía tatuajes.

"Estoy tranquilo, tenía un poco de nervios porque estuve preso, pero soy inocente, me confundieron con otro. Cuando lo vi [el video] sentí escalofríos, impotencia, todo... se me vino el mundo abajo y no sabía qué hacer. Me salvaron los tatuajes", sostuvo Arce López en diferentes entrevistas televisivas después de recuperar la libertad. El magistrado entiende que no hay pruebas concluyentes de su participación material en el asesinato, aunque no descarta que la haya podido tener como encubridor. Las hijas de Fernández Montes, Natalia y Giselle, temen ahora que los implicados en el asesinato tomen represalias contra ellas, ya que fueron quienes les delataron.

Arce López había sido detenido junto al yerno del empresario, Santiago Corona, al verles a ambos en las grabaciones de las cámaras de vigilancia del aparcamiento del edificio donde se produjo el crimen transportando el cuerpo hasta el coche de la hija de la víctima.

Sin embargo, según la agencia de noticias "Télam", Arce López negó ser él y aportó una coartada y el nombre de Pedro Fernández Torres, "el carnicero", de nacionalidad paraguaya, que está en busca y captura. El otro hombre de los vídeos sería Corona, quien fue reconocido en las imágenes por su esposa, Natalia.

El móvil del crimen fue económico. Corona se encargó de las finanzas de la empresa de su suegro hasta el año pasado, cuando Fernández Montes descubrió que le faltaba dinero y acusó a su yerno de haberlo estafado. No le denunció por ser el marido su hija y tener con ella dos hijos pequeños, que tienen 1 y 2 años. Sin embargo, guardaba en su casa toda la documentación, que ha desaparecido, al igual que dinero en metálico.

Además, Santiago Corona habría suplantado la identidad de su suegro para hacer un seguro de vida cuantioso del que él sería el beneficiario.