"Jamás les pegué, la familia de su madre los manipulaba e incluso el juez les advirtió de que no siguiesen por ahí", declaró ayer en Lugo el padre de los menores (hoy tienen 16 y 21 años) que fueron ocultados por su madre en Ribadeo (Lugo) después de que un Juzgado de Gijón le ordenase entregarlos al progenitor. Ayer se celebró la segunda sesión del juicio en el que se piden penas que suman 38 años de prisión para la madre, la abogada de ésta, los abuelos y tres tíos maternos, por secuestro de menores.

El padre relató la angustia con la que vivió la ausencia de los menores, entre septiembre de 2009 y mayo de 2011. En ese tiempo no tuvo noticias de ellos. Vivían prácticamente encerrados en Ribadeo, sin acudir a la escuela ni recibir asistencia médica. Los menores, sin embargo, no lo vivieron como un drama, tal como relató uno de ellos, de 21 años, en el juicio de ayer. El joven aseguró que había estado bien con su madre y que estaba ahora bien con su padre, e indicó que no creía que uno fuese el bueno y el otro el malo. Durante su encierro en Ribadeo, su único contacto con el exterior era la visita de la familia materna, que les llevaba alimentos.

El padre confesó haberse sentido "indefenso" durante aquel periodo. Negó cualquier violencia sobre los menores. "Ahora viven conmigo tan felices", afirmó. En la vista de anteayer, miércoles, la madre, acusada, que se enfrenta a cinco años de prisión, dijo que sólo había querido proteger a sus hijos del padre.