"Yo no fui, no tenía ningún motivo para hacerlo. Nunca se me ocurrió en la vida hacer algo así. No soy partidario del fuego, lo mejor es el desbroce", declaró ayer, al final del juicio que se seguía contra él, el reguerano J. L. Á. E, para quien el fiscal pide ocho meses de cárcel por causar un incendio forestal cerca de la localidad de Quejo, con el supuesto fin de limpiar una finca para el ganado. Ayer, en el Juzgado de lo penal número 1 de Oviedo, se celebró la segunda jornada de este juicio, y tanto el fiscal como el letrado del Principado mantuvieron su petición de cárcel, mientras que la defensa del acusado, a cargo de María Elena García Fanjul, solicitó la libre absolución.

El acusado adujo en el juicio que el incendio, que afectó a cinco hectáreas de un monte comunal y fincas particulares, pudo deberse al "efecto lupa", toda vez que en la zona había un vertedero, pero el fiscal de Medio Ambiente, Joaquín de la Riva, indicó: "Es casi imposible aquí en Asturias, yo jamás lo he visto". La defensa también puso en duda la pericia de las Brigadas de Investigación de Incendios (Bripas), a lo que el fiscal adujo que se trataba de agentes profesionales, con la condición de agentes de la autoridad y capacitados para ejercer la función de policía judicial.

Estos agentes de medio natural establecieron que el incendio se inició en la finca del acusado, y que éste había estado intentado desbrozar el terreno con un tractor, pero ante la dificultad que ofrecía, optó por prenderle fuego.

La defensa llegó a deslizar que el causante del fuego había sido quizá un senderista que había arrojado una colilla. Además, indicó que el acusado no necesitaba nuevos pastos para sus vacas porque tenía otros terrenos.