Miguel Ángel Muñoz, único acusado por el asesinato de la peregrina Denise Pikka Thiem en las inmediaciones de Castrillo de los Polvazares (León) en marzo de 2015, sostiene ahora que es inocente y asegura que si, en su momento, confesó la autoría de los hechos fue amenazado, por presiones y por miedo al FBI, dada la nacionalidad norteamericana de la víctima y las gestiones del Gobierno de EE UU para que se acelerara una investigación que desembocó en su detención hace año y medio en Grandas de Salime. Esta versión fue trasladada a las autoridades judiciales antes del inicio de la vista, que se desarrolla en la Audiencia de León, ya que Muñoz, que debía declarar ayer, se acogió al derecho a guardar silencio. "No estaba en condiciones psicológicas de hablar; le han robado y quemado la casa sin que nada pasara y sin que nadie dijera nada", indicó, a modo de justificación, su abogado, Vicente Prieto.

Ataviado con un pantalón vaquero y un jersey, Muñoz escuchó impasible la lectura de las preguntas que tenían preparadas la acusación y la fiscal. Después, el juez levantó la sesión y el acusado fue conducido a la cárcel.

Al inicio de la vista, el abogado defensor insistió en la inocencia del acusado, subrayando que éste, en primera instancia, ya proclamó que no tenía nada que ver con el caso y que "hundido anímica y emocionalmente" se "inventó" la reproducción de los hechos en la que relató a la Policía cómo había matado y escondido el cuerpo de la peregrina. Además, Prieto negó que Muñoz llegara a Grandas de Salime huyendo. Según su versión, "se fue de vacaciones a hacer el Camino de Santiago desde Oviedo", dado que, "tras cinco meses de investigación, no se le había detenido ni restringido los movimientos". El letrado pidió al jurado que se atenga a "si hay pruebas que sean convincentes y no elucubraciones". Además, destacó que las peregrinas atacadas previamente donde fue asesinada Denise no reconocieron a su representado como el autor de los asaltos. También afirmó que si Muñoz guió a los agentes hasta el lugar en el que estaba el cuerpo fue porque "quería acabar de una vez" y porque previamente había "olido a descompuesto al pasar por esa misma zona".

Estos argumentos no convencieron a la fiscal, María Tornadijo, que mantiene los cargos de asesinato y robo con violencia con el agravante de "alevosía". A su juicio, el acusado "ha mentido" en sus declaraciones, "cambiando la versión hasta tres veces". Además, negó que el presunto asesino sufra algún trastorno, como sostiene la defensa. "No es un loco, quería matar a Denise y lo hizo consciente", subrayó la fiscal, que puso de manifiesto, para reforzar su tesis, que el arrestado llevó a la Policía hasta el cuerpo y colaboró en la reconstrucción desvelando hasta el lugar del ataque. Pide 25 años de cárcel para Muñoz, veinte por asesinato y cinco por robo.

Fernando Rodríguez Santocildes, abogado del hermano de Denise que ejerce la acusación particular, también está convencido de la culpabilidad de Muñoz, al que tildó de "despiadado, sanguinario y cruel" por haber "acabado de forma miserable y vil" con la peregrina. El letrado insistió en que el arrestado "miente" y subrayó que "confesó sin verse presionado". También negó, por disparatado, que sea "chivo expiatorio" de las presiones de EE UU.

"Facilitó a los agentes tantos detalles que sólo él puede ser el autor", sentenció Rodríguez, que anuncia un "cúmulo de pruebas" para determinar la culpabilidad de un procesado para el que reclama 24 años de cárcel. Entre ellas, habría un vídeo "estremecedor" que compromete a Muñoz .

El auto de hechos justiciables establece que Denise había iniciado el Camino el 6 de marzo de 2015 y que el 5 de abril se encontraba cerca de Astorga. Hacia el mediodía, se desvió de la ruta para visitar Castrillo de los Polvazares, desorientándose al seguir una flecha amarilla que la llevó a la vivienda de Muñoz, quien habría manipulado la indicación para confundir a los peregrinos.

Muñoz se presentó a Denise y se ofreció a acompañarla. En un momento dado, siempre según el auto, habría cogido un palo y golpeado a la peregrina en la cabeza. Para no ser visto, el hombre arrastró el cuerpo aún con vida a un lugar apartado, donde le seccionó el cuello. A continuación, lo enterró desnudo en un agujero, tras haberle cortado ambas manos, que no han sido localizadas. Antes de quemar las pertenencias de la víctima, Muñoz se apoderó de 1.132 dólares que llevaba la peregrina y que cambió en Astorga. En agosto, a la vista de que se había incrementado la presencia policial, el acusado desenterró el cadáver y lo trasladó a casi un kilómetro de distancia, a Santa Catalina de Somoza, donde fue encontrado el 11 de septiembre. El propio Muñoz condujo a este enclave a la Policía, tras haber sido detenido horas antes en Grandas de Salime.