"Denise había visto una película sobre el Camino de Santiago y le había entusiasmado. Se puso a leer libros, se informó y le pareció una buena manera de vivir la experiencia y de encontrarse a sí misma".

La declaración de Cedric Kin Fai Thiem, hermano de la peregrina asesinada en la primavera de 2015 en la localidad leonesa de Castrillo de los Polvazares, emocionó ayer a todos los que se encontraban en la sala de vistas de la Audiencia Territorial de León. "Estaba llena de expectativas y era una persona feliz". Cedric mencionó que Denise era artista, tenía proyectos "e incluso quería involucrar en ellos a nuestros padres, que están jubilados". Planes de futuro que fueron fatalmente cercenados a palos y cuchillo en una cuneta de un pueblo leonés.

Cedric Kin Fai Thiem declaró desde los Estados Unidos por videoconferencia, y explicó que el último contacto que tuvo con su hermana fue el 1 o el 2 de abril. "Solíamos mantener contacto frecuente por Skype, mensajes o correos electrónicos. El 8 de abril empecé a sospechar que algo grave había pasado porque ya eran demasiados días sin saber nada de ella". Cedric estaba seguro de que "si mi hermana hubiera hecho un cambio importante de planes me lo hubiera comunicado".

Lo primero que hizo -dijo- fue comprobar los movimientos de las cuentas bancarias. El día 20 de abril Cedric se trasladó a España y presentó una denuncia por la desaparición de Denise, que contaba con 41 años, la misma edad que su presunto asesino. Luego fue a Astorga y participó en algunas batidas policiales. Cedric permaneció en la localidad leonesa unas dos semanas y se marchó con las manos vacías pero con la íntima convicción de que algo muy grave le había sucedido a su hermana.

La voz del testigo se quebró cuando la abogada de la acusación particular le preguntó por sus relaciones con su hermana. "Estábamos muy unidos, éramos como dos grandes amigos que hablábamos de todo y continuamente".

El propio Cedric se sometió a una prueba de ADN para identificar sin ninguna duda los restos de su hermana, encontrados varios meses después de su muerte cuando el acusado Muñoz Blas llevó a la Policía hasta el lugar donde supuestamente la enterró por segunda vez. Miguel Ángel Muñoz fue detenido el 14 de septiembre de 2015 en Grandas de Salime, en una operación en la que intervinieron un grupo de los GEO y que contó con ayuda operativa policial asturiana. En principio asumió la autoría del crimen, pero al inicio del juicio aseguró que se retractaba de la confesión, que había realizado -dijo- por miedo.

Cedric Kin Fai Thiem contó que sabía que su hermana, que estaba soltera y no tenía hijos, llevaba siempre consigo una cantidad de dinero aproximada a los 500 dólares, como alternativa a cualquier contingencia.

Con la declaración de Cedric Kin Fasi Thiem finalizó el paso de testigos por el juicio contra Miguel Ángel Muñoz. La próxima semana comienza el turno de los peritos, algunos de los cuales son para la defensa como clavos ardiendo a los que agarrarse tras diez días duros para su defendido. Muñoz Blas se enfrenta a un delito de asesinato con la agravante de alevosía y otro de robo con violencia. El Ministerio Fiscal pidió una condena a 25 años de prisión por el crimen y el robo con violencia.

Los peritos llamados a declarar pertenecen al Instituto Nacional de Toxicología, a la policía Científica, médicos forenses y psiquiatras reclamados por la defensa.