"Es una zona muy amplia, difícil de abarcar", aseguró ayer el ovetense Adrián Valle, uno de los cuatro voluntarios del Grupo de Rescate en Alta Montaña de Oviedo (Gramar), que participaron en la nueva batida para localizar al también ovetense Manuel Crisantos Moro, que lleva desaparecido desde el 25 de marzo, cuando según todos los indicios fue a hacer una ruta por la sierra de La Canchera, en la localidad salmantina de Vegas de Domingo Rey. Unas cincuenta personas participaron en este nuevo operativo, integrado por Bomberos, agentes de la Guardia Civil, senderistas voluntarios, miembros de clubes deportivos y un grupo de cazadores de Ciudad Rodrigo, la localidad en la que residía el desaparecido.

"Llegamos sobre las seis de la mañana. La verdad es que nos hicieron un gran recibimiento. A las ocho hubo una reunión y partimos hacia la cresta, desde el lugar donde Manuel dejó el coche. Recorrimos unos doce kilómetros, pero es una zona muy grande", indicó Adrián Valle, quien prefirió no hacer caso de las especulaciones que se están haciendo sobre esta extraña desaparición.

La opción más plausible es que sufriese algún percance mientras realizaba la ruta por una sierra a la que acudía a menudo. Manuel Crisantos Moro se estaba haciendo una casa en la zona y tenía unas gallinas. La puerta estaba abierta, lo que hace pensar que su intención era regresar, lo que resta verosimilitud a una desaparición voluntaria. Cuando el 25 de marzo acudió a la zona de La Canchera, que marca el límite entre la provincia de Salamanca y la comarca extremeña de Las Hurdes, se produjo una fuerte tormenta con granizo.

La familia del desaparecido, que tiene 53 años, está muy angustiada y ha pedido que se pongan todos los medios para localizar a este ovetense que estudió Bellas Artes y luego decidió instalarse en Ciudad Rodrigo, localidad en la que reside su madre desde hace muchos años. Con ella está su hija Covadonga, también ovetense. Todo apunta a un desgraciado accidente en mitad de la montaña.