La figura del agente encubierto infiltrado para investigar redes de pornografía infantil es una de las novedades más destacadas en la labor de lucha y protección de los menores en casos de delitos sexuales, según explicó ayer Ana María Rodríguez Tirado, profesora de Derecho de la Universidad de Cádiz, que ayer participó en las IV Jornadas de derecho procesal que organiza la Asociación Progreso y Garantías. La profesora alertó del riesgo del "sexting", ya que los jóvenes ignoran que transmitir una fotografía de carácter sexual por las redes sociales es un delito, y puede llegar a quienes las comercializan.

Según explicó, la ley de Enjuiciamiento Criminal de 2015 y el Estatuto de Protección de la Víctima llevan "poco tiempo en vigor como para saber si están dando el resultado esperado". Pero Rodríguez Tirado remarcó que hay medidas a impulsar, como la posibilidad de que se puedan "hackear" ordenadores personales con autorización judicial, y que los jueces puedan bloquear páginas de pornografía infantil y obligar a que se borren todas las imágenes.

Pero quizás una de las figuras más novedosas y que puede dar mejores resultados es, según la profesora, la del agente encubierto infiltrado en las redes sociales. Eso sí, advirtió del riesgo que supone que tenga que "subir a las redes imágenes, aunque sean simuladas, para que sirvan de cebo y de esa manera 'enganchar' a pederastas de manera que avance la investigación".

Ana María Rodríguez también destacó que la legislación española es garantista y protege a las víctimas. Pero remarcó las dificultades que entraña la investigación de la pornografía infantil en las redes sociales, sobre todo en los casos de ámbito internacional. "El problema es identificar a esos menores, que pueden ser desde menores hasta jóvenes de 17 años. ¿Cómo se puede proteger a quien no se sabe quién es?", incidió.

En cuanto a los jóvenes, Rodríguez Tirado alertó del riesgo que suponen "las fotografías inocentes que se hacen y que se pasan por las redes sociales sin pensar que pueden caer en manos de quienes se dedican a la comercialización. Y ahí ya hablamos de la explotación sexual infantil, que es un delito muy grave".