El exrector Vicente Gotor, el exdecano de Medicina Pedro Riera, representantes del Colegio de Fisioterapeutas, de clínicas dentales, laboratorios... Una treintena de testigos se dieron cita en la mañana de ayer para declarar en el juicio que se sigue en el Juzgado de lo penal número 3 de Oviedo contra el editor navarro Fernando Oliver Albesa y su comercial Aurelio M. M., acusados ambos de estafar -o al menos intentarlo- a una veintena de entidades relacionadas con la medicina en el Principado. La Universidad, además, los acusa de falsificación. El ministerio público pide dos años y medio de prisión y una multa de 2.640 euros para cada uno. Pero hay una pega. Fernando Oliver está al parecer "de viaje" en Panamá, por lo que la celebración del juicio quedó suspendida en tanto se le localiza y se le informa de una nueva fecha para la vista.

El editor navarro es hermano de Luis Oliver, quien fuera mayor accionista del Betis, investigado por la jueza Alaya junto al empresario Manuel Ruiz de Lopera por la supuesta quiebra fraudulenta del club, e inhabilitados ambos por mala gestión por un Juzgado mercantil de Sevilla.

En 2014, Fernando Oliver ya fue condenado a un año y medio de prisión por intentar estafar 2.436 euros al Ayuntamiento de Oviedo, tras falsificar la firma del exconcejal de Cultura José Suárez Arias-Cachero. Resulta que Oliver sacó una revista, "Asturias, Especial Municipios", en la que incluyó un publirreportaje sobre el teatro Campoamor, sin el conocimiento ni el consentimiento del Ayuntamiento. Eso fue en 2008. En 2010 demandó al Ayuntamiento por el supuesto impago de 2.436 euros, adjuntando un contrato aparentemente firmado por Arias-Cachero, pero éste negó en todo momento haberlo suscrito. Oliver declaró que fue su comercial quien se reunió con el concejal, pero Aurelio M. M., ya condenado en su día por una estafa similar que afectó al Museo del Pueblo de Asturias, en Gijón, juró y perjuró que la firma era real. La sección segunda de la Audiencia no creyó a los acusados. Además, en los ochenta, Fernando Oliver y su hermano, que tenían una empresa de seguridad, fueron detenidos por un caso de extorsión a empresarios.

Las estafas de las que se les acusa ahora datan de la misma época que la del Ayuntamiento de Oviedo, 2010, y tienen un esquema similar. Según la Fiscalía, los dos acusados se sacaron de la manga una revista médica y el comercial pasó por diferentes entidades solicitando entrevistas para la publicación, que efectivamente salió a la calle con una tirada de 300 ejemplares.

El comercial siempre solicitaba una firma con el supuesto fin de demostrar a su jefe que, efectivamente, había pasado por las empresas a hacer el trabajo. Ya con la firma, preparaban un contrato y reclamaban determinadas cantidades a quienes habían accedido a realizar la entrevista, por lo general unos 1.500 euros. Sólo media docena de los afectados accedieron a pagar, ante la perspectiva de una demanda. El resto de las empresas, incluida la Universidad, fueron llevadas ante los tribunales. Estos procesos civiles están ahora suspendidos en tanto se dirimen las denuncias por estafa presentadas por los afectados, defendido alguno de ellos por el letrado Miguel Suárez González. El monto del engaño se acercaría a los 30.000 euros.