Agentes policiales han detenido a un langreano de 41 años acusado de un robo con intimidación cometido el 10 de enero a la estanquera de El Berrón (Siero). La víctima se encontraba cerrando el establecimiento comercial cuando el autor se aproximó a ella ocultando su rostro con un gorro y una bufanda y le pidió que le entregara el bolso mientras le mostraba un cuchillo "ancho tipo machete".

La investigación policial se centró en el seguimiento de los efectos sustraídos a la víctima, lo que finalmente condujo a la identificación y detención del presunto autor, L. J. E. G, residente en Sama de Langreo. Cuenta con múltiples antecedentes por delitos contra el patrimonio, entre ellos el atraco a un supermercado de Mieres en junio del año pasado en el que llegó a apuntar con un arma simulada a agentes de policía durante su huida.

Las características físicas del detenido, entre ellas su altura, han llevado a la policía a imputar al mismo individuo la autoría de otro robo con violencia en grado de tentativa cometido en Lugones tan sólo cuatro días después del atraco en El Berrón, cuando intentó robar el bolso a una señora y a la cual le causo varias lesiones, lo que pone de manifiesto la movilidad y peligrosidad del detenido.

La investigación ha sido practicada por agentes adscritos a la Brigada de Policía Judicial de la Comisaría de Policía Nacional de Siero. El detenido pasó a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de Siero.

La víctima del robo, vecina de Corvera, estaba cerrando el estanco cuando entró el ahora detenido. El hombre, con el rostro cubierto, esgrimió el cuchillo y se llevó el bolso de la mujer a la carrera. Ella salió corriendo y otro joven que se encontraba por la zona intentó coger al ladrón, pero se les escapó. "Al principio pensaba que era una broma de alguien conocido", señaló la víctima en su día. Tras ser amenazada con el arma blanca, la estanquera le entregó el bolso en el que sospecha que el atracador debió pensar que estaba la recaudación. "Sólo había cosas personales, pero me dio mucha rabia porque era un bolso que me habían regalado", dice.

Fue esa rabia la que le llevó a echar a correr detrás del caco. "Al verle marchar tan campante me enfadé y corrí tras él por toda la manzana", relata. Se le unió un joven al que está muy agradecida. "Me acompañó y me ayudó a denunciar", explica.

El suceso generó cierta alarma en El Berrón, que había sufrido otros robos, como el asalto a un establecimiento hostelero de la avenida de Oviedo en diciembre. Se sumaban además otros dos atracos y un tercero intentado en zonas céntricas de Pola de Siero entre Nochebuena y Nochevieja.