El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) está investigando si se produjo alguna negligencia en la muerte de una paciente de 26 años que sufrió una parada cardiaca mientras estaba ingresada en el área de Psiquiatría. El deceso se produjo el lunes de la semana pasada, 24 de abril. Todas las fuentes consultadas por este periódico han subrayado la enorme extrañeza que ha causado entre el propio personal sanitario, y la desolación que ha generado entre los familiares de la fallecida.

La joven permanecía en su habitación sometida a contención mecánica (o sea, inmovilizada) por orden judicial cuando le sobrevino la muerte. Eran las tres de la tarde, aproximadamente. Al percatarse el personal sanitario del estado de la paciente, fue avisado el equipo de respuesta rápida del propio HUCA, integrado por médicos y enfermeros de la uvi. Trataron de reanimarla durante un largo rato ("una hora y media o dos horas", según algunas fuentes), pero nada pudieron hacer por su vida. Se da por seguro que no fue un suicidio. Al cadáver se le ha practicado una autopsia que desvelará los motivos reales del suceso.

El estupor es grande en el complejo sanitario ovetense. Una de las hipótesis que se baraja como plausible en ambientes hospitalarios es que la joven padeciera alguna enfermedad orgánica -por ejemplo, una patología cerebral- que no fue identificada por los médicos en el momento de su llegada al hospital ovetense. Otros rumores que circulan apuntan a la posible presencia en su organismo de un agente infeccioso al que tal vez no se le otorgó suficiente importancia.

Según fuentes sanitarias, la paciente había sido llevada al HUCA porque presentaba un trastorno de conducta y, debido a ciertos antecedentes familiares, su cuadro clínico fue inmediatamente catalogado como psiquiátrico, sin llevar a cabo mayores indagaciones. "Es un error que se comete con cierta frecuencia en casos parecidos", indicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA un profesional experimentado en el campo de la salud mental.

Sobre la hipótesis de algún trastorno psicótico que exigía un estudio cuidadoso, y en vistas del estado de agitación que manifestaba, la joven quedó hospitalizada y fue inmovilizada. A priori, no cabía esperar un desenlace tan traumático.

El caso está siendo llevado con absoluto secretismo por parte de todos los implicados.