Ninguna de las siete chicas que trabajaban en un club de alterne en Carreño sin estar dadas de alta en la Seguridad Social reconoció ayer al acusado como responsable del local. En cambio, sí recordaron que el acuerdo verbal al que llegaron para trabajar allí lo contrajeron con "un hombre alto, de pelo canoso" y al que todas llamaban "Papi". Pero en ningún caso señalaron a A. G. C., el empresario acusado de un delito contra los derechos de los trabajadores -por tener supuestamente a las mujeres trabajando sin estar dadas de alta en la Seguridad Social- y para el que la Fiscalía solicita una pena de un año y seis meses de prisión así como una multa de ocho euros al día durante ocho meses (1.920 euros).

El acusado, que sólo respondió a las preguntas de su letrado, reconoció ayer ante el juez haber alquilado el local en el pasado, pero no el regentar allí un negocio ni tener "ningún vínculo" con el club de alterne Teclas, en Carreño. "El día de la inspección no estaba en el local, estaba de viaje", incidió. Su testimonio estuvo avalado por todas las trabajadoras que se encontraban en el local el 6 de junio de 2015, durante la Inspección de Trabajo realizada junto con agentes de la Guardia Civil.

En la primera parte del juicio, celebrado ayer en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón, prestaron declaración siete de las nueve chicas que se encontraban en el local el día de la intervención de la Guardia Civil. Una de ellas no compareció y la otra no pudo ofrecer su testimonio ante los fallos técnicos que generó la videoconferencia con los Juzgados de Fuenlabrada. No obstante, las siete mujeres restantes, con diferentes versiones sobre su vinculación al club Teclas y la duración en el tiempo de sus servicios allí, coincidieron en señalar hacia otro lado cuando fueron interpeladas por la Fiscalía sobre si el acusado era o no el responsable del local. "Me contrató 'Papi' ", repitieron una y otra vez las testigos sobre un señor al que también se le conoce por "Jon" o "Jony" y que declarará hoy en la segunda sesión del juicio, junto al propietario del inmueble y a una camarera habitual del establecimiento que el día de la inspección no se encontraba en el mismo.

No obstante, un capitán de la Guardia Civil que participó en la inspección aseguró ayer ante el juez que el alias por el que se conoce "habitualmente" al acusado es "Jony" o "Jonathan". También ratificó que durante el registro se encontraron facturas atribuidas a una empresa tras las que se esconde el acusado. Además, el inspector de Empleo y Seguridad Social que llevó la investigación ratificó ayer su informe en el que asegura que "en una ocasión" vio salir del local al acusado.